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Cada día que pasa Francisco internado en el hospital de Roma por enfermedad pulmonar grave, es un día más que tiene para reflexionar si ha llegado la hora de cumplir lo que dejó firmado en 2013 al inicio de su papado: una carta de renuncia por motivos de salud. Y cada día que pasa internado el argentino Jorge Bergoglio —que a sus 88 años tiene el récord de ser el segundo pontífice más anciano—, se hace más inevitable pensar en la sucesión y voltear al colegio cardenalicio para escudriñar quién podría ser el papa número 267 en casi dos mil años de papado.
De los 252 cardenales que existen en la actualidad, 138 tienen derecho a votar y a ser elegidos, mientras que los otros 114, los mayores de 80 años sólo pueden acompañar en las oraciones, en caso de que se convoque un cónclave —cum clavis, en latín—, el ritual en el que los cardenales electos se encierran bajo llave en la Capilla Sixtina para elegir papa.
¿Quiénes son los cardenales mexicanos?
México es el segundo país con más católicos (110 millones de fieles, sólo superado por Brasil, con 172 millones), pero es también el más infrarrepresentado en la Curia, con sólo seis cardenales, en comparación con los países más sobrerrepresentados: España (49 millones y 13 cardenales) y sobre todo Italia (59 millones y 53 cardenales).
De los seis cardenales mexicanos, cuatro no pueden votar ni ser elegidos por tener más de ochenta años:
Juan Sandoval Íñiguez (91 años): arzobispo emérito de Guadalajara. Es el que lleva más tiempo como cardenal, luego de ser nombrado por Juan Pablo II en 1994.
Norberto Rivera Carrera (82 años): arzobispo primado emérito y exobispo de Tehuacán; nombrado cardenal por Juan Pablo II en 1998.
Alberto Suárez Inda (91 años): arzobispo emérito de Morelia; nombrado cardenal por Francisco en 2015.
Felipe Arizmendi Esquivel (84 años): obispo emérito de San Cristóbal de las Casas; nombrado cardenal por Francisco en 2020.
Por tanto, queda sólo dos cardenales mexicanos electores:
José Francisco Robles Ortega (76 años): arzobispo de Guadalajara; nombrado cardenal por Benedicto XVI en 2011.
Al igual que el fallecido papa alemán (quien en 2013 dejó en shock al mundo con su histórica renuncia) Robles Ortega es conocido por su enfoque conservador en temas doctrinales y morales. Ha defendido posiciones tradicionales de la Iglesia Católica en cuestiones como el matrimonio, la familia y la vida. Sin embargo, también ha mostrado apertura al diálogo y ha trabajado en la promoción de la justicia social y la paz, lo que refleja un equilibrio entre su conservadurismo doctrinal y su compromiso con el bienestar de la comunidad
Carlos Aguiar Retes (75 años): arzobispo primado de México; fue nombrado cardenal por Francisco en 2016.
Coincide con su par mexicano en defender las enseñanzas tradicionales de la Iglesia; sin embargo, se muestra mucho más cercano a Francisco en la promoción de la justicia social y la paz, lo que refleja una inclinación progresista en cuestiones sociales
¿Qué cardenales suenan como papables?
Hoy en día, los llamados papables son entre diez y doce, pero cinco o seis aparecen en todas las quinielas de vaticanistas, basándose en su trayectoria, influencia y alineación doctrinal con Francisco, más progresista que su antecesor, Benedicto XVI y definitivamente mucho más que la del polaco Juan Pablo II.
Matteo Zuppi (Italia, 69 años). Arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana.
Su abierto compromiso con los pobres, alineado con la visión de Francisco, lo convierte en uno de los favoritos de los cardenales “franciscanistas”. Su nacionalidad italiana podría ser un punto a favor, dado que no ha habido un Papa italiano desde 1978.
Pietro Parolin (Italia, 70 años). Secretario de Estado del Vaticano.
Con una amplia experiencia diplomática, Parolin es un candidato moderado y pragmático, alejado del carácter impulsivo y a veces autoritario de Francisco, como denuncian algunas voces críticas, como el experto vaticanista Sandro Magister. Su profundo conocimiento de la Curia lo hace una opción de consenso entre diferentes facciones. Al igual que Zuppi, Parolin es italiano y mantiene muy buenas relaciones con el colegio cardenalicio italiano, el más numeroso.
Luis Antonio Tagle (Filipinas, 67 años). Prefecto del Dicasterio para la Evangelización.
Conocido por su carisma, estilo pastoral cercano y enfoque en la justicia social, Tagle es visto como un continuador del legado progresista de Francisco. Su origen asiático podría simbolizar la creciente influencia de la Iglesia en regiones no europeas. Aunque sigue apareciendo en las quinielas de “papables”, sus opciones podrían haber disminuido luego de ser destituido por Francisco en 2022 al frente de Caritas Internationalis, tras una auditoría interna que reveló “deficiencias en los procedimientos de gestión y liderazgo”.
Peter Turkson (Ghana, 75 años) Ex-Prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral. Conocido por su trabajo en justicia social y ecología, podría ser una opción si se apuesta por un Papa africano, reflejando el crecimiento del catolicismo en África.
Willem Eijk (Países Bajos, 71 años). Arzobispo de Utrecht y teólogo conservador, cercano a la línea de Benedicto XVI. Se opone firmemente a los cambios en la doctrina sobre la moral sexual y la comunión a los divorciados vueltos a casar. Su explosiva crítica a Francisco en una carta abierta, en la que lo acusó de permitir la comunión de cristianos no católicos, lo ha convertido en el favorito de los cardenales más conservadores.
¿Tienen posibilidades los dos mexicanos?
Según The College of Cardinals Report, una plataforma especializada en el seguimiento de los procesos dentro del Vaticano, ninguno de los dos candidatos mexicanos aparece en una lista más amplia de doce “papables”, tampoco aparece ningún cardenal de la región, ya que se considera muy improbable dos papas latinoamericanos seguidos.
Sin embargo, cualquier cardenal menor a 80 años podría ser un “papable de tapadillo”, como se conoce a los que parten como favoritos en secreto. De hecho, Francisco no estaba entre los favoritos en el cónclave de 2013, en el que sí aparecía un “papable” sudamericano, el arzobispo de Sao Paulo, Odilo Sherer
¿Por qué el cardenal Aguiar cotiza al alza?
Básicamente porque es uno de los “protegidos” de Francisco y la intención del actual pontífice es evidente: quiere un sucesor fiel a su legado.
A nadie se le escapa la hiperactividad y la rapidez con la que Francisco se ha movido para renovar radicalmente el Colegio Cardenalicio hasta lograr una holgada mayoría de cardenales progresistas y evitar así a toda costa que su sucesor sea un papa conservador, especialmente tras el regreso al poder de un viejo “enemigo” ideológico: Donald Trump.
Los números hablan por sí solos. Si Juan Pablo II nombró a 5 cardenales y Benedicto XVI a 23, Francisco ha nombrado a 110 de los 138 cardenales con derecho a voto (el 79%), entre ellos Aguiar Retes. De hecho, pocos cardenales han tenido una relación tan cercana con Francisco como la del arzobispo primado de México, nacido en Tepic, Nayarit, en 1950.
En 2007, el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM) encargó al arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, una nueva guía de evangelización para la región, más cercana al pueblo y la nueva realidad. Uno de sus más estrechos colaboradores en el famoso “Documento de Aparecida” fue el entonces obispo Aguiar Retes, quien le ayudó, además, a superar la oposición conservadora al documento.
Según la web especializada Cardinalium Collegii, la amistad entre ambos fue clave para que el papa Francisco nombrase cardenal al entonces arzobispo de Tlalnepantla. Fue clave también para que, un año después, en 2017, lo elevase al liderazgo de la Iglesia nacional, al nombrarlo arzobispo primado de México, en sustitución del cardenal Norberto Rivera Carrera.
Además de su prestigio por “franciscanista y por colaborar en el Documento Aparecida, que lo hizo popular entre los cardenales latinoamericanos, también podría recabar votos en un cónclave entre los cardenales estadounidenses e incluso de los italianos más progresistas, luego de sus estudios en el Pontificio Central Mexicano, en Nuevo México, y en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, donde se licenció en Teología Bíblica y fue alumno del fallecido cardenal jesuíta Carlo María Martini, cuya influencia aún perdura entre muchos “purpurados”.
Aunque no aparezca en las quinielas de los favoritos, Si hay un tapado, no sólo en México, sino en el hemisferio occidental, bien podría ser Carlos Aguiar Retes. No es casualidad que Cardinalium Collegii lo llame directamente el “Francisco mexicano”.