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Un fotógrafo en coma y cientos de heridos es el saldo de la represión policial contra jubilados en Buenos Aires

Represión en Argentina: exigen renuncia de ministra de Seguridad tras brutal trato a manifestantes

Violencia policial Una persona sostiene un cartel durante la manifestación del miércoles frente al Congreso de la Nación en Buenos Aires, Argentina. Hinchadas de más de 40 clubes de fútbol y las centrales obreras más grandes de Argentina acompañaron a los jubilados en la movilización. (JUAN IGNACIO RONCORONI/EFE)

La ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, enfrenta exigencias de renuncia tras la violenta represión policial contra una protesta de jubilados en Buenos Aires. El operativo, llevado a cabo el miércoles por más de 1,000 agentes antidisturbios, dejó un saldo de cientos de heridos, más de 100 detenidos y un fotógrafo en estado crítico tras ser impactado en la cabeza por una cápsula de gas lacrimógeno.

Cada semana, jubilados se reúnen frente al Congreso para exigir aumentos en sus pensiones y la restitución de medicamentos gratuitos, recortados por el programa de austeridad del presidente Javier Milei. En esta ocasión, la protesta se amplificó con la presencia de hinchas de clubes como Boca Juniors y River Plate.

La manifestación transcurrió con consignas como “No nos golpeen, somos sus padres” y “Ayúdame a luchar, tú serás el próximo anciano”. Sin embargo, la represión no tardó en llegar: columnas de agentes liberaron ráfagas de gas lacrimógeno, balas de goma y chorros de agua. A las 17:30, efectivos policiales irrumpieron en motocicletas, apuntando con armas y provocando el caos.

Videos en redes sociales mostraron escenas impactantes: una mujer anciana sangrando tras ser golpeada con una porra y un hombre con camiseta de fútbol brutalmente golpeado por la policía.

Un fotógrafo en coma

Uno de los hechos más graves fue la agresión contra el fotógrafo y activista Pablo Grillo, quien sufrió una fractura de cráneo y pérdida de masa encefálica tras ser impactado en la cabeza por un proyectil de gas lacrimógeno. Fue trasladado de urgencia a un hospital, donde se le practicó una cirugía y permanece en coma inducido.

Su padre, Fabián Grillo, responsabilizó directamente a Milei y Bullrich. En respuesta, la ministra minimizó el hecho, calificando al fotógrafo de “activista”.

La Asociación de Reporteros Gráficos de Argentina (aRGra) exigió la renuncia inmediata de Bullrich: “Nuestro compañero fue brutalmente atacado por las fuerzas de seguridad. Exigimos la destitución de la ministra y sus subordinados, así como su procesamiento”. También advirtieron que, de no tomarse medidas, considerarán a Milei cómplice político y criminal de estos actos.

Crisis de los jubilados

De acuerdo con la Comisión Nacional por la Memoria, más de 500 personas resultaron heridas durante la represión. Más de 100 manifestantes fueron detenidos, mientras Bullrich justificó el operativo alegando que barras bravas llegaron “preparados para matar”.

Desde la oposición, el gobernador bonaerense Axel Kicillof condenó la brutalidad policial, calificándola como “feroz, ilegal y premeditada”. “Mientras un fotógrafo pelea por su vida, el gobierno justifica la violencia y fomenta el odio. Este avance autoritario debe detenerse de inmediato”, advirtió.

Los jubilados se han convertido en una de las principales víctimas de la política económica de Milei. La mayoría de los pensionistas —casi el 60 %— recibe el mínimo de 340 dólares mensuales, insuficiente para cubrir gastos básicos. Además, a partir del 23 de marzo, quienes no hayan cumplido con 30 años de aportes perderán el acceso al fondo de jubilaciones, lo que dejará a miles sin ingresos.

Liliana Morono, una pensionada de 73 años, asistió por primera vez a la protesta: “El gobierno de Milei nos recorta el dinero mes a mes. No podemos vivir, no podemos comprar medicamentos”. También lamentó la división social generada por el mandatario: “No entiendo cómo alguien pudo votar por este hombre lleno de odio”.

Desde el oficialismo, el vocero presidencial Manuel Adorni desestimó las manifestaciones calificándolas como un “show político”, mientras Bullrich insistió: “En Argentina manda la ley, no los barras ni la izquierda”.

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