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Miles de manifestantes exigen el fin de la corrupción, transparencia e instituciones independientes

Masiva protesta en Serbia desafía el poder de Vučić

Protestas en Serbia Los manifestantes ondean banderas serbias durante la manifestación liderada por estudiantes en Belgrado, este sábado. (ANDREJ CUKIC/EFE)

Decenas de miles de personas se congregaron en Belgrado para participar en una de las mayores protestas contra el presidente Aleksandar Vučić. Convocados por el movimiento estudiantil, los manifestantes hicieron resonar la ciudad con silbatos y vuvuzelas, mientras sostenían pancartas con frases como “¡Está acabado!”.

La capital serbia se encontraba en máxima alerta desde el anuncio de la manifestación. Las autoridades cancelaron el transporte público y el tráfico vehicular colapsó en las entradas a la ciudad, en lo que se percibió como un intento de frenar la asistencia a la marcha.

El ambiente previo a la movilización estuvo marcado por la tensión. Simpatizantes de Vučić montaron un campamento frente al palacio presidencial, y el mandatario advirtió que las fuerzas de seguridad estaban listas para usar la fuerza si la protesta se descontrolaba.

Durante la jornada, un hombre fue arrestado tras embestir con su automóvil a manifestantes en un suburbio de Belgrado, dejando tres heridos.

Además, testigos reportaron la presencia de ultranacionalistas y exmilicianos cerca del palacio presidencial, lo que generó inquietud sobre posibles enfrentamientos.

El origen del descontento

Las protestas, que han sacudido Serbia desde noviembre, comenzaron tras el colapso del techo de una estación en Novi Sad que dejó 14 muertos. La tragedia fue atribuida a la corrupción, lo que desató una ola de indignación contra el gobierno de Vučić, quien inauguró la remodelación del lugar en 2022.

El movimiento, sin líderes visibles, exige transparencia, instituciones independientes y justicia para las víctimas del desastre. Hasta ahora, más de una docena de personas han sido imputadas, incluyendo al entonces primer ministro Miloš Vučević, quien renunció en enero.

Por su parte, Vučić ha rechazado cualquier posibilidad de elecciones anticipadas o de formar un gobierno de transición, asegurando que no cederá ante la presión. “Tendrán que matarme si quieren reemplazarme”, declaró.

Advertencias internacionales sobre la represión


Organismos internacionales han expresado su preocupación ante la represión de las protestas. En una carta dirigida a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, un grupo de eurodiputados advirtió que la respuesta del gobierno serbio será clave para evaluar su compromiso con los estándares democráticos de la Unión Europea.

Serbia, candidata a la UE desde 2012, ha visto su proceso de adhesión estancado bajo el liderazgo de Vučić, en parte por su cercanía con Rusia en el conflicto en Ucrania. A pesar de ello, se espera que reciba 1.500 millones de euros en fondos europeos entre 2024 y 2027.

Los organizadores han prometido que las manifestaciones continuarán hasta que se atiendan sus demandas. “No estamos dando los últimos pasos, estamos generando cambios tectónicos. Si no nos escuchan, seguiremos en las calles”, afirmaron en un comunicado en redes sociales.

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