
La embajada y su personal mantendrán acciones sobre el territorio sirio con la finalidad de coadyuvar en la estabilización y reconstrucción del país.
La embajada, situada en Damasco, abre sus puertas tres meses después de la caída del régimen de Bashar Al-Asad y luego de 13 años de permanecer cerrada a raíz de una serie de protestas antigubernamentales, en 2011, que derivaron en una cruenta guerra civil donde se involucraron las fuerzas armadas del país y la oposición, grupos yihadistas y milicias conformadas por minorías étnicas, confesionales y políticas.
Annalena Baerbock, la ministra alemana de exteriores, llegó a la capital siria vía Líbano confiada en la pronta renovación de las relaciones entre Europa y Siria. A su llegada, anunció que su país suministrará ayuda humanitaria a Damasco y buscará relajar, gradualmente, las sanciones que pesan sobre Siria, pero esto solo bajo “ciertas condiciones”.
“Con este viaje daré un mensaje claro a los sirios: un nuevo comienzo entre Alemania y Siria, entre Europa y Siria, es posible”, expresó la ministra.
Para Baerbock, sin embargo, resulta indispensable aclarar que su mensaje se encuentra sujeto a grandes expectativas en materia de libertad y seguridad, así como en el fomento de nuevas y mejores oportunidades para todos los sirios, hombres, mujeres, jóvenes y niños, todos, sin importar étnia o religión.
En adición, la ministra celebró el “histórico acuerdo” que logró el gobierno sirio con el pueblo kurdo y dijo que éste representa una prueba de que una Siria unida yace en tan solo un apretón de manos. La representante del país teutón, expresó su deseo de que otros demográficos como los drusos, los alauitas o los cristianos, logren también su plena inclusión en Siria.
Baerbock no tuvo reparo alguno en sentenciar que el asesinato de selectivo de civiles es un crimen terrible y que el gobierno deberá ejercer su control sobre las acciones de los grupos que forman sus propias filas y pedir cuentas a los responsables; esto, en conexión con las matanzas y estallidos de violencia que tuvieron lugar en Siria hace apenas dos semanas y en los que cientos de civiles alauitas fueron asesinados.
En palabras de la diplomática, para que una reconciliación entre su país y Siria tenga lugar, la justicia deberá ser un actor protagonista en la transición gubernamental, un proceso que también deberá someter a examen los crímenes de Asad, para lo cual la ministra se ofreció a ser el nexo entre el gobierno sirio y organizaciones internacionales que tengan experiencia en el tema.
Para Baerbock, la tarea primordial del líder de facto en Siria, Al Sharaa, es la pacificación de país y la eliminación de cualquier semilla de extremismo y terrorismo entre la población.
“El camino es largo y pedregoso, difícil y lleno de obstáculos, pero apoyaremos a los sirios, nosotros y nuestros socios europeos junto con la ONU”, aseguró la ministra de exteriores de Alemania.