Durante las últimas horas del domingo 23 de marzo, aterrizó en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía un vuelo con 199 migrantes venezolanos deportados desde Estados Unidos, marcando la reanudación de los vuelos de repatriación entre ambos países tras un mes de suspensión.

La suspensión de estos vuelos se produjo el 8 de marzo de 2025, cuando el presidente venezolano, Nicolás Maduro, decidió interrumpirlos en respuesta a la revocación de la licencia de Chevron para exportar petróleo venezolano, medida tomada por el Departamento del Tesoro de EU.

El 22 de marzo de 2025, Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, anunció el acuerdo para reanudar las repatriaciones, con un primer vuelo programado para el día siguiente.

A través de su cuenta de X, Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, confirmó el número de deportados y señaló que “Hoy se reanudaron los vuelos de deportación de extranjeros ilegales venezolanos a su patria vía Honduras. Estas personas carecían de base legal para permanecer en Estados Unidos. Esperamos ver un flujo constante de vuelos de deportación a Venezuela en el futuro”.

El vuelo partió desde Honduras, donde los migrantes venezolanos fueron trasladados previamente por las autoridades estadounidenses. Desde allí, la aerolínea estatal venezolana Conviasa los transportó a Caracas.

Este reinicio de las deportaciones ocurre en un contexto de tensiones diplomáticas entre Washington y Caracas, exacerbadas por la aplicación de leyes estadounidenses para deportar rápidamente a individuos presuntamente vinculados al grupo criminal venezolano Tren de Aragua. Aunque un juez bloqueó parcialmente esta medida, más de 200 venezolanos fueron deportados y actualmente están detenidos en El Salvador.

Aunado a esta tensión, se suma la reciente imposición de 25% de aranceles a los países que compren petróleo a Venezuela, los cuales entrarán en vigor a partir del próximo 2 de abril. Cabe señalar, que el mercado petrolero representa un sector fuerte en la economía de Venezuela, por lo que las medidas arancelarias son un duro golpe por parte de Trump.

El gobierno venezolano ha negado la participación de los migrantes en actividades criminales y ha exigido el respeto de sus derechos. La reanudación de los vuelos de repatriación refleja una colaboración entre ambos países para abordar la situación de los migrantes venezolanos en Estados Unidos.​