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Turquía enfrenta una creciente oleada de protestas sin precedente alguno desde 2013, cuando los estambulitas salieron a las calles en contra del desenfrenado desarrollo urbano de su ciudad, no obstante, el detonante de esta ocasión fue la detención del alcalde de Estambul Ekrem Imamoglu, socialdemócrata y recalcitrante opositor del presidente islamista Recep Tayyip Erdogan.
A la detención de Imamoglu, el pasado 19 de marzo, se ha sumado una miríada de arrestos y causas fabricadas que han tomado por blancos a estudiantes y periodistas que participan de o cubren las protestas.
Recientemente, el Sindicato de Periodistas de Turquía (TGS) denunció que la madrugada de este viernes, dos reporteras que cubrían las manifestaciones fueron arrestadas, mientras que 10 de sus colegas fueron detenidos la semana pasada en sus residencias por la policía turca, entre tales profesionales se encontraba un fotógrafo de AFP.
Por otro lado, la policía intervino este viernes en la Universidad Técnica de Oriente Medio, en Ankara, para desmontar las tiendas instaladas por los estudiantes que protestan ante la detención de Imamoglu.
Ahora, coincidiendo con las nuevas convocatorias a movilizaciones populares para este viernes y sábado, organizadas por la Confederación de Sindicatos Progresistas de Turquía (DISK), Imamoglu, quien permanece detenido y destituido, informó que su abogado, Mehmet Pehlivan, fue detenido bajo “falsos pretextos”; “Como si el golpe de estado no fuera suficiente, no pueden tolerar que las víctimas se defiendan”, expresó el alcalde.
El partido al que pertenece Ekrem, el CHP, también convocó a una manifestación para el sábado al mediodía en la plaza Maltepe, en Estambul.