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Tras el sismo de 7.7 en el sudeste asiático, trabajadores migrantes esperan entre lágrimas el rescate de compañeros atrapados bajo toneladas de escombros

“Mis amigos están ahí abajo”: el drama tras el derrumbe de una torre en Bangkok

Tragedia Familiares esperan durante una operación de búsqueda en el lugar de un edificio derrumbado, luego de un terremoto en Bangkok, Tailandia. (EFE)

Con drones, mapas en 3D y detectores de calor, los equipos de rescate trabajan contrarreloj este sábado en Bangkok para encontrar sobrevivientes entre los restos del edificio de 30 plantas que colapsó tras el terremoto de magnitud 7.7 registrado el viernes con epicentro en Birmania. La estructura, aún en construcción, se redujo a una montaña de escombros de unos 20 metros de altura, a pocos metros del concurrido mercado de Chatuchak.

El sismo, a más de mil kilómetros de la capital tailandesa, sacudió con tal fuerza que provocó el colapso del rascacielos, donde trabajaban al menos 320 personas. Hasta ahora se ha confirmado la muerte de 8 trabajadores, pero se estima que 79 siguen atrapados, 30 de los cuales ya han sido localizados.

“Todavía hay esperanza”

“Los trabajos de rescate deben ser rápidos. Usar maquinaria pesada para acelerar el proceso podría poner en peligro a aquellos que todavía muestran signos de vida”, advirtió Tanes Weerasiti, presidente del Consejo de Ingenieros de Tailandia, tras inspeccionar la zona del derrumbe.

Más de una decena de excavadoras y grúas participan en las labores, pero el riesgo de que los escombros se desplacen ha obligado a los equipos a operar con extrema cautela. A pesar del desastre, este sábado los rescatistas lograron extraer con vida a una persona.

“No sé el número exacto de atrapados. Las posibilidades de supervivencia son difíciles de predecir, pero aún hay esperanza”, dijo Weerasiti.

Drones y robots en la operación

Los rescatistas utilizan tecnología de punta para apoyar la búsqueda. Con drones lograron levantar un modelo en 3D del colapso, lo que permite identificar posibles puntos de acceso entre los bloques de concreto. También fue desplegado un pequeño robot teledirigido con sensores y cámaras capaces de detectar zonas inseguras desde el interior de los escombros.

“Espero que sea útil”, señaló a EFE Leulpat Boonleun, ingeniero encargado del robot, que está diseñado para entrar en espacios estrechos e identificar tanto sobrevivientes como peligros estructurales.

El drama de los trabajadores birmanos

Una de las imágenes más desoladoras es la de Da Da, trabajadora de la construcción originaria de Birmania, sentada junto a una valla a pocos metros de la zona del derrumbe. Cuatro de sus compañeros están desaparecidos.

“Mis amigos, de entre 28 y 40 años, llegaron hace un año a Tailandia. Trabajaban aquí desde el primer día y ahora no sé nada de ellos. No pierdo la esperanza”, declaró con la voz entrecortada.

Junto a ella, otros veinte trabajadores birmanos observaban en silencio la operación de rescate. La junta militar birmana, que gobierna con mano dura desde el golpe de Estado de 2021, ha reportado al menos mil muertos por el sismo en su país.

Aunque las autoridades tailandesas no han revelado la nacionalidad de las víctimas, han empezado a ofrecer información en birmano y tailandés, dada la cantidad de obreros procedentes del país vecino que trabajan en el sector de la construcción.

El siniestro se produjo en las inmediaciones del popular mercado de Chatuchak, donde este sábado miles de turistas continuaron sus visitas, pese a la tragedia. Muchos visitantes ignoraban la cercanía de la zona colapsada.

“No tenía ni idea de que el edificio estaba tan cerca. Vi las imágenes en redes sociales y me sorprendió. Sentí miedo. El terremoto me agarró en el hotel y se sintió con fuerza”, relató Marcus Dreifun, turista alemán de 34 años.

Las autoridades han declarado el área como zona de emergencia y se mantienen las labores de búsqueda durante toda la madrugada. La prioridad: encontrar con vida a los desaparecidos.

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