
La mayoría conservadora de la Corte Suprema de EU salió de nuevo en defensa de las leyes más controvertidas del gobierno de Donald Trump y levantó este lunes la orden de un tribunal federal que bloqueaba las deportaciones sumarias de venezolanos, aplicando la ley de Enemigos Extranjeros de 1798, que solo se ha usado en tiempos de guerra.
La Administración republicana presentó un recurso de emergencia al máximo tribunal estadounidense después de que una corte del circuito federal de apelaciones mantuviera en vigor el bloqueo temporal que el pasado 15 de marzo el juez James Boasberg impuso al uso de esta normativa, alegando que se violaba el debido proceso de los deportados y encarcelados.
No obstante, el Supremo -que levantó la orden del juez con cinco votos a favor y cuatro en contra- anotó que los migrantes detenidos y sujetos a órdenes de expulsión tienen derecho a ser notificados y a la oportunidad de impugnar su deportación con “un tiempo razonable”.
Trump elogió la decisión del Supremo (tres de los jueces que votaron a su favor los eligió él durante su primer mandato) en una publicación en su red social Truth Social: “El Tribunal Supremo ha defendido el Estado de derecho en nuestro país al permitir que un presidente, sea quien sea, pueda asegurar nuestras fronteras y proteger a nuestras familias y a nuestro propio país. ¡Un gran día para la justicia americana!”, escribió el presidente.
El Gobierno de EU argumentaba en su recurso que esta es una cuestión de seguridad nacional demasiado urgente como para ser resuelta en tribunales de menor instancia.
El escrito del Gobierno también señalaba que la Constitución deja claro que la competencia sobre seguridad nacional recae de manera indudable sobre el presidente y pide levantar el bloqueo judicial.
Trump ha asegurado que la banda transnacional Tren de Aragua, a la que acusa de haberse infiltrado en el Gobierno de Nicolás Maduro, está invadiendo el país.
Por ello, invocó el 15 de marzo la ley de Enemigos Extranjeros, norma de 1798 no usada desde la Segunda Guerra Mundial, que permite expulsar a extranjeros sin una vista judicial previa.
Ese mismo día, pese a la orden judicial de Boasberg, tres aviones fletados por el Gobierno estadounidense despegaron de Texas y entregaron a unos 200 venezolanos que fueron encarcelados en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), la prisión salvadoreña de máxima seguridad.