
La Comisión Europea (CE) anunció este jueves que pospone durante 90 días la aplicación de represalias comerciales en respuesta a los aranceles del 25 % impuestos por Estados Unidos a las importaciones de acero y aluminio.
Con la decisión se busca dar margen a una posible negociación con Washington, luego de que el presidente Donald Trump también suspendiera temporalmente sus aranceles denominados “recíprocos”.
El presidente estadounidense había informado el miércoles que mantendrá un arancel “recíproco” del 10 %, pero pausará durante tres meses la aplicación de nuevos gravámenes contra países que no hayan tomado medidas de represalia y que estén dispuestos a encontrar una salida negociada, como es el caso de la Unión Europea. Inicialmente, Trump había planteado un arancel del 20 % para el bloque europeo.
Ese mismo día, los Estados miembros de la UE —con la única oposición de Hungría— habían autorizado a la CE a imponer aranceles por un valor de 20,900 millones de euros sobre productos estadounidenses, como respuesta a las medidas de Washington contra el acero y el aluminio. Sin embargo, Bruselas decidió frenar la aplicación de esas contramedidas.
Von der Leyen pide oportunidad para las negociaciones
“Tomamos nota del anuncio del presidente Trump. Queremos dar una oportunidad a las negociaciones. Mientras finalizamos la adopción de las contramedidas de la UE, que recibieron un fuerte apoyo de nuestros Estados miembros, las dejaremos en suspenso durante 90 días”, explicó la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen.
La mandataria europea advirtió que, si las conversaciones no arrojan resultados satisfactorios, las contramedidas se activarán. “El trabajo preparatorio sobre contramedidas adicionales continúa” y “todas las opciones permanecen sobre la mesa”, afirmó.
El portavoz de Comercio de la CE, Olof Gill, respaldó esta postura durante la rueda de prensa diaria. “Estamos satisfechos de que nuestra estrategia desde el primer día haya sido la correcta, en el sentido de que ha sido tranquila, coherente, estructurada, paciente, selectiva y, en todo momento, llevada a cabo en estrecha consulta con nuestros Estados miembros y con la industria”, sostuvo.
Gill recalcó que esta cohesión ha dado fuerza a la posición europea tanto a nivel interno como en el escenario internacional. “Todo está en pausa. Nuestro trabajo de preparación continúa. Seguimos hablando con nuestros Estados miembros. Seguimos hablando con nuestra industria”, afirmó, subrayando que la Unión Europea “quiere negociar, quiere hablar”.
Von der Leyen, por su parte, celebró la suspensión de los aranceles recíprocos por parte de EE. UU. como “un paso importante para estabilizar la economía mundial”. Subrayó que “unas condiciones claras y predecibles son esenciales para el funcionamiento del comercio y las cadenas de suministro” y recordó que los aranceles acaban perjudicando tanto a empresas como a consumidores.
En ese sentido, insistió en su propuesta de un acuerdo de arancel cero por cero en bienes industriales entre ambas potencias. Pese a ello, la presidenta de la CE reiteró que la Unión Europea continuará diversificando sus alianzas comerciales con países que comparten su compromiso por el libre intercambio de bienes, servicios e ideas, recordando que esas naciones representan actualmente el 87 % del comercio global.