
La Administración de Donald Trump evalúa reducir los aranceles sobre productos importados desde China como parte de un posible reinicio de las conversaciones con Pekín, según confirmó este miércoles una fuente cercana al tema.
De concretarse, esta acción formaría parte de una estrategia negociada, no de una decisión unilateral.
El reporte surge tras una publicación del Wall Street Journal, que indicó que la Casa Blanca baraja una rebaja significativa en los gravámenes actuales —que Trump elevó al 145 % desde su regreso al poder en enero—, en un intento por desescalar la tensión comercial entre las dos principales economías del mundo.
Según el diario, los nuevos niveles arancelarios podrían ubicarse entre el 50 % y el 65 %, aunque el presidente aún no ha tomado una decisión final.
Por ahora, las discusiones continúan en una fase preliminar y con distintas opciones sobre la mesa. La Casa Blanca no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios.
Wall Street reacciona con optimismo
La posibilidad de una distensión en la guerra arancelaria tuvo un impacto inmediato en los mercados financieros. Tras conocerse la información, los índices bursátiles ampliaron sus ganancias.
El S&P 500 subía 3.3 % en la media jornada del miércoles, alcanzando su nivel más alto en dos semanas. El repunte reflejó el alivio de los inversionistas ante los últimos gestos de Trump, que el martes también se mostró menos confrontativo con el presidente de la Reserva Federal, a quien había amenazado con destituir.
El propio Trump expresó ese día un tono más conciliador respecto a China. Señaló que es optimista sobre alcanzar un acuerdo que “reduzca sustancialmente” los aranceles aplicados a las importaciones chinas. Sin embargo, advirtió que si Pekín no coopera, “impondremos el acuerdo a nuestra manera”.
“No serán tan altos”, respondió Trump al ser cuestionado sobre los actuales niveles de tarifas. “Ni siquiera estarán cerca de eso”.