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Una potente detonación en el principal puerto de contenedores del país ha sacudido la región y plantea dudas sobre seguridad y tensiones regionales

Explosión en zona portuaria iraní deja ocho muertos y 750 heridos

Puerto de Shahid Rajai La detonación, que se registró a mediodía local, habría sido provocada por contenedores con productos químicos aún no identificados, informaron autoridades iraníes. (IRIB HANDOUT/EFE)

Una masiva explosión sacudió este sábado el puerto de Shahid Rajai, en el sur de Irán, dejando al menos ocho muertos y cerca de 750 heridos, en un incidente cuya causa sigue sin esclarecerse por completo.

La detonación, que se registró a mediodía local, habría sido provocada por contenedores con productos químicos aún no identificados, informaron autoridades iraníes.

El portavoz de la Organización Nacional de Gestión de Crisis, Hossein Zafari, explicó que la onda expansiva fue tan poderosa que se escuchó en un radio de 50 kilómetros y generó temblores en áreas cercanas, dañando edificios y vehículos en los alrededores del puerto, ubicado en el estratégico estrecho de Ormuz.

Un país en alerta

Horas después de la explosión, el incendio seguía fuera de control, obligando a los bomberos a utilizar helicópteros para intentar sofocar las llamas. “Lamentablemente, el incendio aún no se ha extinguido por completo”, reconoció el ministro del Interior, Eskandar Momeni, tras una inspección aérea del sitio.

La gravedad del desastre llevó a las autoridades sanitarias a pedir donaciones de sangre en todo el país, dada la enorme cantidad de heridos. Mientras tanto, las operaciones en el puerto han sido suspendidas para permitir el trabajo de las fuerzas de seguridad y rescate.

El puerto de Shahid Rajai no es un enclave cualquiera: maneja cerca del 80 % del tráfico de contenedores de Irán. Ya en 2020 había sido blanco de un ataque cibernético, atribuido a Israel, que paralizó sus actividades durante varios días.

Investigaciones y tensiones políticas

La portavoz del Gobierno, Fatemeh Mohajerani, también apuntó a los productos químicos como causa probable, pero pidió esperar los resultados finales de la investigación.

El presidente Masud Pezeshkian, quien expresó su “profundo pesar” en un mensaje en X, ordenó una indagatoria exhaustiva y envió a Momeni como representante especial para evaluar directamente la magnitud del desastre.

La tragedia ocurre en un momento delicado: EU e Irán mantenían el mismo día una nueva ronda de negociaciones nucleares, mientras el presidente estadounidense, Donald Trump, lanzaba nuevas amenazas militares.

Aunque la Compañía Nacional de Refinado y Distribución de Petróleo de Irán aseguró que sus operaciones en Bandar Abás —el otro gran centro petrolero de la región— no se vieron afectadas, el accidente expone una vez más la vulnerabilidad de las infraestructuras críticas iraníes.

El puerto, símbolo del comercio iraní y punto clave en la geopolítica regional, ahora se convierte en escenario de duelo y alarma. Las imágenes del incendio y los testimonios de la devastación comienzan a recorrer el mundo, mientras crecen las preguntas: ¿fue negligencia, sabotaje o algo más?

Por ahora, Irán enfrenta la tarea urgente de sofocar las llamas, atender a sus heridos y proteger una infraestructura vital, en un contexto de presión internacional creciente y sombras que vuelven a cernirse sobre su seguridad nacional.

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