Una noche trágica se vivió este martes al norte de Larissa, en Grecia central, luego de la colisión de dos trenes que causó la muerte de al menos 36 personas y dejó heridas a 85.
Es el peor accidente ferroviario en la historia de Grecia, y el más terrible en una década en toda Europa. Se habla de decenas de desaparecidos y las autoridades estiman que aumentará el balance de víctimas mortales. Se teme que la mayoría sean jóvenes que regresaban a la ciudad universitaria de Salónica tras la celebración de los carnavales el pasado fin de semana.
Los dos trenes - uno de pasajeros y otro comercial - circulaban a gran velocidad cuando se impactaron poco antes de la pasada medianoche al norte de la ciudad de Larisa, cerca de Tempe, una pequeña localidad situada en un valle donde se encuentra un túnel ferroviario, a unos 300 km al norte de Atenas.
Las imágenes de drones publicadas en los medios locales revelan la gran intensidad con la que se produjo la colisión. Los primeros vagones del tren comercial se reducen a una masa amorfa de metal calcinado.
Los médicos forenses solicitaron pruebas de ADN a los familiares de los pasajeros. Muchos de los cuerpos que fueron recuperados no son identificables de otra manera.
Al parecer los trenes, operados ambos por la empresa Hellenic Train, circulaban en la misma vía a gran velocidad en el momento del choque, por lo que los respectivos conductores y otros miembros de las tripulaciones murieron inevitablemente.
El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, declaró este miércoles un duelo nacional de tres días por las víctimas de la colisión de trenes.
A partir de este miércoles y hasta el próximo viernes se suspenden todas las celebraciones públicas y las banderas ondearán a media asta en todos los edificios públicos.
El primer ministro griego viaja hacia el lugar del siniestro, mientras que también la presidenta del país, Katerina Sakelaropulu, visitara en breve la zona, informan medios locales.
Κostas Ajileas Karamanlís, ministro de Infraestructura y Transporte de Grecia, dimitió este miércoles debido a la grave colisión.
“Dimito de mi cargo como ministro de Infraestructura y Transporte. Siento que es mi deber hacerlo como mínima muestra de respeto a la memoria de las personas que murieron tan injustamente”, señaló en un mensaje publicado en Twitter.
En 2019 el ministro conservador asumió la responsabilidad de un sector ferroviario “en una situación que no corresponde con el siglo XXI”, recalcó.
“En estos tres años y medio hicimos todo lo posible para mejorar esta realidad”, apunta, aunque reconoce que “desafortunadamente, estos esfuerzos no fueron suficientes para evitar tal accidente”.
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