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ACNUR pide a Pakistán que suspenda sus planes de expulsión de millones de afganos

Unos 600.000 migrantes afganos regresaron a Afganistán desde este ultimátum, que ha sido ampliamente criticado por organizaciones pro derechos humanos

“extranjeros ilegales”

Filippo Grandi, comisionado para los Refugiados de la ONU (ACNUR). X

Filippo Grandi, comisionado para los Refugiados de la ONU (ACNUR). X

El alto comisionado para los Refugiados de la ONU (ACNUR), Filippo Grandi, pidió a Pakistán garantías de que mantendrá en suspenso su plan para expulsar a millones de refugiados afganos, afirmó el organismo mundial este martes en un comunicado.

Al término de una visita oficial de tres días, Grandi "agradeció" a Islamabad que haya suspendido su plan de "repatriación de extranjeros ilegales y pidió garantías de que se mantendría en suspenso", tras haber expulsado a cientos de miles de migrantes mayoritariamente afganos desde finales del año pasado.

El oficial de la ONU también llamó a "prorrogar a tiempo" las tarjetas de Prueba de Registro (PoR) entregadas por Pakistán, un documento de identidad que poseen más de 1,3 millones de refugiados afganos y que les permite residir legalmente en el país vecino.

Grandi se reunió con el primer ministro paquistaní, Shehbaz Sharif, y otros oficiales, así como con representantes de los refugiados afganos en el país.

"Tenemos que aprovechar esta oportunidad para acelerar las soluciones y tener una visión más amplia para el pueblo afgano en Pakistán", declaró.

Más de cuatro millones de afganos emigraron a Pakistán tras la invasión soviética de Afganistán en la década de 1980, incluidas 600.000 personas que huyeron después de que los talibanes recuperaran el poder en 2021, según datos del Gobierno.

Islamabad puso en marcha a principios del pasado octubre un plan para expulsar a los denominados 'extranjeros ilegales' de su territorio, dándoles un mes para abandonar el país o enfrentarse a una deportación forzosa.

Unos 600.000 migrantes afganos regresaron a Afganistán desde este ultimátum, que ha sido ampliamente criticado por organizaciones pro derechos humanos como Amnistía Internacional (AI), según estimaciones.