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El antiracismo se hace escuchar en las calles de Reino Unido

Miles de manifestantes se congregaron en distintas ciudades para protestar por los disturbios y la violencia ultraderechistas que han sacudido a la nación

Protesta contra el fascismo y el racismo
Manifestantes antirracistas sostienen pancartas en Walthamstow, al este de Londres. Manifestantes antirracistas sostienen pancartas en Walthamstow, al este de Londres. (EFE)

El antiracismo se hizo escuchar en el Reino Unido, como un necesario contrapeso al discurso ultraderechista que en días recientes ha inundado las calles de la nación. Miles de personas en diversos pueblos y ciudades de Inglaterra salieron este miércoles a las calles para denunciar el odio, el racismo y la islamofobia, logrando frenar los intentos de los grupos de extrema derecha de provocar disturbios como los vistos en días anteriores en el país.

Con banderas, carteles y cánticos, miles se congregaron en centros comerciales de distintas localidades, en medio de un fuerte dispositivo de seguridad establecido por las fuerzas del orden para evitar nuevos focos de violencia. Coreando consignas contra la extrema derecha, aplaudiendo y gritando mensajes de paz, los manifestantes se dieron cita en ciudades como Londres, Birmingham, Liverpool, Southampton, Sheffield y Newcastle.

"Aquí no son bienvenidos los que odian", "Detengamos a la extrema derecha" y "Doy la bienvenida a los refugiados" eran algunos de los mensajes en los carteles que portaban los asistentes, rodeados en todo momento por cientos de agentes con uniformes antidisturbios. En el barrio de Walthamstow, al noreste de Londres, donde se reunieron miles de personas, una mujer con un altavoz lideraba la convocatoria y gritaba "¿Las calles de quién?" y la multitud respondía: "¡Nuestras calles!".

La ministra británica de Interior, Yvette Cooper, agradeció a través de la red X "a todos los agentes de policía que trabajaron esta noche para proteger y apoyar a las comunidades locales".

La Policía británica ha estado en alerta ante una posible noche de violencia tras la circulación en internet de información sobre 30 centros de inmigración, frente a los cuales grupos de ultraderecha planeaban manifestarse.

Para evitar una escalada de la tensión, más de 6.000 policías antidisturbios se prepararon para actuar y evitar una repetición de la violencia de los últimos días en ciudades británicas, donde alborotadores saquearon tiendas, incendiaron coches y cubos de basura, atacaron un hotel que albergaba solicitantes de asilo y arrojaron piedras, botellas y latas contra los agentes.

El primer ministro británico, Keir Starmer, había advertido el martes que las fuerzas del orden tomarían "todas las medidas necesarias" para controlar una nueva ola de disturbios y que se aplicaría todo el peso de la ley contra los responsables.

Más de 400 personas fueron detenidas en la última semana por los disturbios, que comenzaron el pasado 30 de julio tras el asesinato con arma blanca de tres niñas en un centro recreativo de Southport, en el noroeste de Inglaterra, por Axel Rudakubana, un joven de 17 años nacido en Gales de padres ruandeses. Los grupos de extrema derecha reaccionaron tras la difusión de datos erróneos en las redes sociales que afirmaban que el joven era solicitante de asilo.

El rey Carlos III, según indicaron los medios, recibe información diaria sobre los disturbios de la última semana, pero no tiene previsto visitar los lugares afectados por las revueltas. Tampoco está previsto que el jefe de Estado, quien está de vacaciones en Escocia, haga algún tipo de intervención para rebajar la tensión debido a la neutralidad política de la monarquía. El monarca, que está siendo tratado por un cáncer no desvelado, ha sido siempre un promotor del diálogo interreligioso como una forma de unir a los grupos y ha defendido la cohesión comunitaria.

Este miércoles, un hombre de 58 años fue condenado a tres años de cárcel por participar en los disturbios del pasado 30 de julio en Southport, convirtiéndose en el primer procesado por la violencia en el Reino Unido. Se trata de Derek Drummond, condenado por la corte de Magistrados de Liverpool, en el noroeste inglés, tras admitir haber tomado parte en la revuelta y por agredir a un trabajador sanitario.

La corte de Liverpool también impuso condenas de cárcel contra otros dos implicados en los disturbios, identificados como Declan Geiran, de 29 años, encarcelado por un periodo de 30 meses, y Liam Riley, de 40 años, sentenciado a 20 meses de cárcel.

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