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Assange llega a Australia en silencio, pero su entorno denuncia “peligroso precedente”

La esposa pide tiempo para que se recupere y su abogada alerta que “tuvo que declararse culpable para recuperar su libertad”

caso assange

Assange alza el puño a su llegada al aeropuerto de Camberra, mientras su esposa Stella se abraza con la abogada del fundador de Wikileaks

Assange alza el puño a su llegada al aeropuerto de Camberra, mientras su esposa Stella se abraza con la abogada del fundador de Wikileaks

EFE

El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, regresó este miércoles en silencio a su Australia natal tras declararse culpable de violar la Ley de Espionaje estadounidense, como única vía para lograr su libertad, lo que ha causado sentimientos agridulces, ya que, como dijo su abogada, se mantiene la criminalización del periodismo de investigación.

Assange aterrizó en el aeropuerto internacional de Camberra (capital de Australia) en un vuelo chárter alrededor de las 19:40 horas local, después de un largo viaje que comenzó el lunes en Londres y que le llevó a realizar el martes una parada técnica en Bangkok antes de comparecer en un tribunal federal de EU en Islas Marianas del Norte como parte del pacto con el Departamento de Justicia de EU.

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El activista, de 52 años, salió del jet privado y con el puño en alto saludó con gestos a decenas de medios de comunicación y seguidores que lo aguardaban y vitoreaban.

En la pista de aterrizaje se fundió en un abrazo con su esposa, Stella Assange, y su padre, John Shipton, pero lejos de la imagen más confiada que desprendía en sus comienzos al frente de WikiLeaks, Assange mantuvo un perfil bajo y renunció a declarar durante la rueda de prensa que se había programado tras su llegada.

"Julian quería estar aquí hoy, pero me ha pedido que yo lo haga. Necesita tiempo, necesita recuperarse", afirmó su esposa en una pequeña sala del East Hotel de Camberra, frente al más de centenar de periodistas, que esperaban a su marido.

"Les pido por favor que nos den el espacio y la privacidad para encontrar nuestro lugar y que nuestra familia pueda ser una familia antes de que pueda hablar de nuevo cuando él elija", imploró la esposa de Assange, de nacionalidad hispano-sueca, añadiendo que este debía "acostumbrarse de nuevo a la libertad".

“Peligroso precedente”

Por su parte, la abogada de Assange, Jennifer Robinson, subrayó que el caso del fundador de WikiLeaks, "sienta un peligroso precedente".

"Esto supone la criminalización del periodismo", subrayó en una rueda de prensa Robinson, indicando que "desafortunadamente" el periodista y activista australiano tuvo que declararse culpable para "recuperar su libertad".

Robinson agradeció los esfuerzos del gobierno de Australia y del primer ministro, el laborista Anthony Albanese, que elevaron en múltiples ocasiones el caso contra Assange durante las conversaciones bilaterales con los representantes de Estados Unidos.

"Esta es una gran victoria para Australia y para la democracia australiana, es una gran victoria para la libertad de expresión, es una gran victoria porque Australia se enfrentó a un aliado y exigió el regreso de un ciudadano australiano", dijo.

La representante legal comentó que durante una llamada telefónica a su regreso al país natal Assange le dijo a Albanese: "Me salvaste la vida".

"No creo que sea una exageración", remarcó la letrada.