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Brasil dispara sus negocios con Rusia en plena invasion de Ucrania

Mientras Occidente intenta aislar al régimen de Vladímir Putin, el líder ultraderechista de la mayor economía de Latinoamérica, Jair Bolsonaro, echa una mano al Kremlin

colaboración estrecha

Vladímir Putin y Jair Bolsonaro, juntos en noviembre de 2019 durante la Cumbre de las principales economías emergentes de los BRICS, en Brasilia.

Vladímir Putin y Jair Bolsonaro, juntos en noviembre de 2019 durante la Cumbre de las principales economías emergentes de los BRICS, en Brasilia.

EFE / André Coelho

Brasil, la mayor economía de Latinoamérica, ha disparado sus importaciones desde Rusia, con el que mantiene un comercio sólido a pesar de la guerra en Ucrania y en un momento en que Occidente intenta aislar al régimen de Vladímir Putin.

Más allá de las enormes dificultades logísticas, la corriente comercial bilateral apenas se ha resentido desde que las tropas rusas invadieron Ucrania el pasado 24 de febrero, según datos del Ministerio de Economía de Brasil. Más bien lo contrario.

En fase creciente desde 2021, las importaciones rusas sumaron 3,237 millones de dólares entre marzo y junio, más del doble del valor registrado en los mismos meses del año pasado (1,572 millones de dólares).

Las exportaciones brasileñas bajaron apenas un 10 por ciento en la misma comparación (521 frente a 577 millones de dólares), en medio del cerco de sanciones a Rusia.

BOLSONARO INSISTE EN QUE ES “NEUTRAL”

Esta semana, el gobierno de Jair Bolsonaro, que defiende una posición "neutral" ante el conflicto, avanzó que tiene "casi cerrado" un acuerdo para comprar diésel ruso "tanto como se pueda".

"Estamos buscando proveedores de diésel seguros y muy confiables, y Rusia es uno de ellos", afirmó el canciller brasileño, Carlos França, en la sede de la ONU, distanciándose de Estados Unidos y la Unión Europea, que han impuesto embargos graduales al petróleo ruso.

FERTILIZANTES RUSOS, CLAVES PARA BRASIL

El producto estrella de las importaciones rusas son los fertilizantes químicos, claves para la potente industria agrícola brasileña. En el primer semestre de este año respondieron por un 77 por ciento de las compras.

Rusia es el principal proveedor de fertilizantes de Brasil. Una cuarta parte de los que consume vienen de allí.

Para Rodrigo Cezar, profesor de la escuela de Relaciones Internacionales de la Fundación Getulio Vargas (FGV), lo que ha hecho Brasil es "anticipar exportaciones con miedo de que Rusia no pueda seguir abasteciendo".

Ese aumento de la demanda, unido a los problemas logísticos, ha hecho que se dispare el precio, afectando a la balanza comercial, según Cezar.

Por el lado de las exportaciones, Brasil vendió principalmente soja (37 por ciento del total) y azúcar (21 por ciento) a Rusia en el primer semestre, sin que las ventas entraran en colapso por la guerra.

Mantener el flujo no está siendo fácil. Las sanciones han dificultado enormemente los pagos internacionales a bancos rusos.

Una de las salidas ha sido efectuarlos a través de las filiales que "muchas empresas rusas" tienen en países como "Kazajistán, Turquía, China e India", según remarcó Gilmar Menezes, director ejecutivo de la Cámara Brasil-Rusia de Comercio, Industria y Turismo.

Además, a diferencia de las potencias de Occidente, el Ejecutivo de Bolsonaro no ha adoptado -ni apoyado- sanciones contra Rusia, su socio en el grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).

"Brasil no tiene tradición de imponer sanciones. Si existe una oportunidad de negocio, la hace", sentencia Cezar.