El ex primer ministro británico David Cameron entró este lunes por sorpresa en el Gobierno del conservador Rishi Sunak como responsable de Relaciones Exteriores en sustitución de James Cleverly, quien a su vez asumirá como ministro del Interior, luego de la expulsión de Suella Braverman, en el ojo del huracán por sus duras críticas contra la causa palestina.
El nombramiento de Cameron (57 años), que dimitió en junio de 2016 como primer ministro y renunció a su cargo de diputado tras perder el referéndum del Brexit, ha causado un fuerte impacto en medios de comunicación y analistas del Reino Unido, que ven su regreso como un intento desesperado de Sunak por levantar su popularidad, eliminando los elementos más radicales y fallidos de su gobierno y conformando un gabinete más moderado, de cara a las próximas elecciones, previstas posiblemente en mayo de 2024 y a las que Sunak (que no llegó al poder mediante las urnas) aspira a un segundo mandato.
Además de su regreso a la primera línea de la política británica, Cameron podrá evitar ser interrogado por la oposición, mayoritariamente laborista, en la Cámara de los Comunes (baja), ya que fue designado miembro de la Cámara de los Lores, una suerte de resquicio medieval compuesto por parlamentarios no electos, pero que gozan de más privilegios que los comunes.
Ante esta situación, el presidente de los Comunes, Lindsay Hoyle, pidió a Sunak que facilite la manera en que los diputados puedan hacer rendir cuentas a Cameron "en un momento de gran gravedad en la situación internacional".
El portavoz de Exteriores del Partido Laborista, David Lammy, criticó que, "en medio de una crisis" por las guerras en Oriente Medio y Ucrania, Sunak haya elegido para dirigir el Foreign Office "a un fracaso del pasado al que los diputados ni siquiera pueden someter a escrutinio".
“David Cameron fue un primer ministro desastroso. Su nombramiento es el último acto de desesperación de un Gobierno vacío, de talento e ideas”, aseguró el vocero del Partido Laborista, que sacan 20 puntos en las encuestas al Partido Conservador, cuya imagen quedó muy dañada tras los escandalosos años en el poder de Boris Johnson y los desastrosos días en el poder de Liz Truss.
Sunak, que llegó al 10 de Downing Street el 25 de octubre de 2022 en sustitución de Truss sin pasar por las urnas, se presentó en el congreso anual de su formación como el candidato "del cambio", luego de trece años de desgaste de gobiernos "tory".
"Hace unas semanas, Rishi Sunak dijo que David Cameron formaba parte de un 'statu quo' fallido, y ahora lo trae de regreso como su balsa salvavidas", declaró con sorna el portavoz laborista Pat McFadden.
"Esto echa por tierra la ridícula afirmación del primer ministro de que ofrece un cambio después de 13 años de fracaso conservador", agregó.
Antes de anunciar el regreso de Cameron, Sunak nombró a James Cleverly nuevo responsable de Interior, tras la destitución fulminante de la polémica Suella Braverman, representante del ala dura del partido "tory".
Sunak destituyó a Braverman después del malestar que provocó por criticar abiertamente a la Policía, a la que acusó de "doble rasero" y de favorecer las manifestaciones propalestinas.
Los partidos de la oposición habían pedido la dimisión o destitución de Braverman por el artículo que publicó el jueves en el diario The Times, dos días antes de que tuviera lugar en Londres una manifestación propalestina para pedir un alto el juego en Gaza.
Braverman había pedido a la Policía Metropolitana de Londres (Met, en inglés) que prohibiera la marcha por temor a disturbios y a fomentar el antisemitismo, pero las fuerzas de seguridad rechazaron esa propuesta y la manifestación tuvo lugar este sábado.
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