El capitán Karst Börner, cuyo barco estaba anclado en la localidad siciliana de Porticello el pasado lunes cuando se volcó un lujoso yate británico con 22 personas a bordo, aseguró este miércoles que “hizo lo que tenía que hacer” cuando rescató a 15 personas, incluida una niña de un año, aunque admitió que el rescate “fue traumático”.
El capitán, de la provincia neerlandesa de Frisia, brindó los primeros auxilios a varios heridos graves y a una bebé de un año, a quienes rescató y trasladó de manera segura hasta tierra firme, después de que se hundiera el velero en el que se encontraban, en medio de una tormenta con fuertes ráfagas de viento.
"En un momento así, no piensas, simplemente haces lo que tienes que hacer", aseguró al canal regional neerlandés Omrop Fryslán, al que admitió que el rescate “fue traumático”.
"El pronóstico del tiempo incluía tormentas eléctricas y eso puede ser extraño en el Mediterráneo”, explicó Börner, que se levantó la mañana del lunes, junto a su tripulación, “algo preparados” para la previsión del tiempo.
En un momento dado, apareció una tromba marina, un tipo de tornado que no es muy fuerte y es más húmedo, pero que “fue fuerte e intenso”, rememora. “Tuvimos dificultades para mantener el barco en su lugar con el motor y el ancla. El yate estaba detrás de nosotros. De vez en cuando mirábamos para ver dónde estaba. De repente, desapareció", explicó.
“Encontramos una balsa con 15 personas”
Inmediatamente después, revisó el radar y no vio señales del velero, y luego vio una bengala roja, por lo que subió con sus compañeros al bote auxiliar y se dirigieron al lugar del incidente. “Encontramos una balsa salvavidas con 15 personas, cuatro gravemente heridas y un bebé”, recuerda. Los llevó a todos a su barco, los abrigó y secó, mientras sus compañeros llamaron a la guardia costera para dar aviso.
En el momento de la tragedia, el velero llevaba 22 personas a bordo -10 tripulantes y 12 pasajeros-, y 15 de ellos pudieron salvar su vida, incluida la niña Sophie, y su madre Charlotte Golunski, de 35 años.
La única víctima mortal confirmada hasta el momento es un miembro de la tripulación, el cocinero francés Ricardo Tomas, aunque los equipos de emergencia italianos recuperaron este miércoles a otros dos cadáveres del interior del yate, pero aún no han sido identificados, aunque medios locales señalan que se trata del magnate informático Mike Lynch y su hija Hannah, de 18 años. Cuatro personas siguen desaparecidas.
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