La Ley SB4 (Senate Bill 4) de Texas, la más dura contra la inmigración de la historia de Estados Unidos, estuvo poco menos de 9 horas vigentes este martes, luego de que esta noche se pronunciara de urgencia la Corte de Apelación del Quinto Circuito, que volvió a bloquearla, dejando en el aire el fallo de la Corte Suprema, que autorizaba a la policía del estado a detener a sospechosos de haber cruzado la frontera irregularmente, y a deportarlos sin el debido proceso.

Un panel de tres jueces de la Corte de Apelaciones, con sede en Nueva Orleans, votó 2-1 para anular un fallo anterior de un panel diferente que había puesto temporalmente en vigor la ley, la SB 4. Con en el nuevo fallo, las dos partes implicadas deben volver a defender sus posiciones ante otro panel de Apelaciones, que decidirá si entre en vigor o no.

Inicialmente, la medida promovida por el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, debía entrar en vigor el pasado 5 de marzo, pero un juez federal se puso del lado de los demandantes y la prohibió. El fiscal de Texas, Ken Paxton (de ideología ultraconservadora y muy cercano a las tesis xenófobas del candidato republicano Donald Trump), llevó la pelea al Quinto Circuito de Apelaciones donde obtuvo respaldo, por lo que los demandantes acudieron al Supremo para evitar que entrara en vigencia la ley.

Paradójicamene, los demandantes (partidarios de impedir la SB4) perdieron ante la Corte Suprema, pero ganaron ante la Corte de Apelaciones (pese a que la demanda la puso el fiscal general de Texas).

Tras bloquear de nuevo la SB4, la Corte Suprema de Nueva Orleans anunció este miércoles escuchará argumentos sobre la ley, con lo que el futuro de esta criticada legislación sigue en el aire. Cualquiera de los bandos puede recurrir al Supremo tras el fallo definitivo de la Corte de Apelaciones, por lo que se daría la circunstancia de que la máxima corte de EU tendría que volver a pronunciarse sobre el mismo caso.

Aunque el fallo de la Corte de Apelaciones supone una victoria parcial para el gobierno del presidente Joe Biden y organizaciones defensoras de los migrantes, que consideran la SB4 inconstitucional, el fallo a favor de Texas de la Corte Suprema, que salió adelante el martes con los seis votos de los magistrados conservadores, frente al voto contrario de las tres juezas progresistas, augura una repetición del mismo resultado, en caso de que el Supremo vuelva a pronunciarse, esta vez sí, de manera definitiva.

Rendija de esperanza

Sin embargo, los jueces conservadores Amy Coney Barrett y Brett Kavanaugh (ambos designados por Trump cuando era presidente), señalaron el martes que su voto con la mayoría no significa necesariamente que estén de acuerdo con la sustancia de fondo de la SB4.

Los dos togados afirmaron que el fallo del martes es sobre "procedimientos técnicos" y que es “prematuro” entrar en la materia antes de que el Quinto Circuito emita su fallo sobre la norma, para lo que se dispone a escuchar a las dos partes.

Tanto el gobierno de Biden como el de Texas ya han anunciado que recurrirán a la Corte Suprema (por última vez), en caso de que el fallo de Corte de Apelaciones del Quinto Circuito no les sea favorable.

Sospechosismo y criminalización

La ley, una de las medidas antiinmigrantes más drásticas en la historia de Estados Unidos, convierte en delito menor el que un extranjero "ingrese o intente ingresar al estado desde una nación extranjera" de forma irregular. La falta se convierte en un crimen grave, punible hasta con 20 años de prisión, si el infractor es reincidente.

La iniciativa convierte en sospechoso a cualquier persona con aspecto hispano (ya que la gran mayoría de los que cruzan la frontera son hispanos) también permite que la Justicia estatal ordene la expulsión de personas sin mediar proceso legal. Asimismo, los oficiales de policía podrán arrestar a cualquier individuo del que sospechen que ingresó ilegalmente al país, y tendrán la facultad discrecional de expulsarlo a México en vez de arrestarlo.

“No aceptaré deportados”: AMLO

En cualquier caso y acabe como acabe el caso, cuando se pronuncie definitivamente el Supremo de EU, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, avisó este miércoles que su Gobierno no aceptará a migrantes deportados por el Gobierno de Texas si entra en vigor la "ley draconiana" SB4, que el martes estuvo vigente por unas horas en medio de fallos judiciales divergentes.

"Si pretendieran deportar, por ejemplo, que no les corresponde, nosotros no aceptaríamos deportaciones, de una vez lo adelanto, del Gobierno de Texas y no nos vamos a quedar con los brazos cruzados", manifestó el mandatario en su conferencia matutina.

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