La misteriosa ola de explosiones ocurrida este martes de forma simultánea en Líbano, con un saldo de nueve muertos y casi tres mil heridos, 200 de ellos graves, no pudo haber sido provocada por un ataque cibernético sincronizado que hizo estallar las baterías de litio, sino que tuvo que haber sido algo mucho más potente, por lo que varios especialistas coinciden en que los aparatos buscapersonas (Beeper) tuvieron que haber sido previamente manipulados para introducirles un miniartefacto explosivo.
Según The New York Times, citando fuentes anónimas, Israel colocó los explosivos en un lote de dispositivos buscapersonas fabricados en Taiwán y vendidos a Hezbolá, en el Líbano, que estallaron este martes.
La guerrilla libanesa proiraní encargó a la empresa taiwanesa Gold Apollo unos 3,000 aparatos que fueron manipulados por Israel antes de llegar al Líbano, detallaron al rotativo funcionarios de Estados Unidos y de otros países.
Los explosivos fueron implantados junto a la batería de cada uno de los buscapersonas con un mecanismo para poderlos detonar de forma remota. Este martes los dispositivos recibieron un mensaje que simulaba provenir de la cúpula de Hizbulá pero que en realidad sirvió para hacer estallar los explosivos.
Edward Snowden, el exanalista de la CIA perseguido por EU y refugiado en Rusia, escribió en la red social X que “lo más probable es que se trate de un dispositivo explosivos implantados (en los buscapersonas) y no de un ataque de piratas informáticos".
"Si se tratase de explosiones de baterías recalentadas, tendría lugar un mayor número de incendios menores", explicó Snowden, lo que no coincide con el patrón de quemaduras que se está viendo en las víctimas libanesas, casi todas de miliciasnos de Hezbolá y familiares, con heridas mayores, propias de un estallido potente.
En un primer (y único) comunicado de la Cancillería libanesa, el gobierno árabe acusó directamente a Israel de haber llevado a cabo un “ataque cibernético” contra las baterías de los buscapersonas, sin mencionar la posibilidad de explosivos ocultos.
En dicho comunicado, el Gobierno libanés detalló que el ataque se ha producido, aproximadamente a las 3.30 de la tarde del martes 17 de septiembre de 2024, cuando “han explotado varios dispositivos de recepción de mensajes, conocidos como buscapersonas, de miembros del personal que trabajaba en las unidades e instituciones de Hezbolá”.
“Los equipos científicos y de seguridad especializados de Hezbolá están llevando a cabo una investigación a gran escala para descubrir las razones detrás de estas explosiones simultáneas”, que el propio comunicado reconoce como “misteriosas”.
A falta de una conclusión más elaborada, el especialista Marc Rivero también sostiene también la hipótesis de Snowden.
El jefe de investigación de la empresa de seguridad Kaspersky, declaró al diario español “El País” que, “aunque sería plausible que la interferencia (ciberataque) hubiera causado una disfunción de los sistemas de almacenaje de energía para provocar la explosión ”, cree que “la teoría más lógica es que se trata de un ataque a la cadena de suministro”.
En otras palabras, que antes de que los aparatos localizadores de personas llegaran a sus dueños, "algunos expertos se dedicaron a instalar pequeños artefactos explosivos, que detonaran mediante una señal eléctrica".
“Se puede haber manipulado el dispositivo en origen, antes de su distribución entre los usuarios, y haber introducido algún tipo de carga explosiva que, mediante una programación específica y a distancia, dé lugar a explosiones”, explicó.
De esta forma, según la hipótesis de Rivero, primero se introdujeron las cargas en los dispositivos y se programaron para que explotaran a partir de un código intencionado o en un momento determinado. Ambas teorías son posibles, ya que las víctimas han declarado haber recibido una llamada previa a la explosión y todas se han producido de forma simultánea.
Un antecedente en Gaza en 1996
Los buscapersonas son dispositivos que fueron muy populares en los años noventa, antes de la irrupción masiva del celular. Permiten recibir mensajes de alerta o textos breves y, en determinados casos, enviarlos. Solo algunos de los modelos actuales permiten el cifrado de mensajes.
Marugán recuerda un antecedente similar al registrado este martes: la muerte de Yehie Ayash en Gaza en enero de 1996. Como principal fabricante de bombas de Hamás, fue apodado El Ingeniero. Israel consiguió que un amigo le diera un celular manipulado previamente que fue detonado a distancia, causándole la muerte de forma inmediata.
Pero, aquel precedente no tiene nada que ver con el ataque masivo y sincronizado de este martes.
La mano del Mossad
En cualquier caso, dada la complejidad de la operación de instalación de explosivos a centenares de Beeper y que estos se distribuyeran sin levantar sospechas (Hezbolá lo repartió entre sus milicianos y aliados, como el embajador de Irán en Líbano, que resultó herido), todas las miradas apuntan al Mossad, la agencia israelí de contraterrorismo en misiones extranjeras, como la que acabó con la vida del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, durante un ataque selectivo en Teherán.
Ni en ese ataque selectivo ni en el actual masivo, el Mossad ha levantado la mano para anunciar su autoría.
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