Natalia Komarova, la gobernadora de la región siberiana de Janti-Mansíysk, presentó su dimisión este jueves tras las críticas recibidas por poner en duda la necesidad de la campaña militar rusa en Ucrania.
En un video difundido en Telegram, Komarova indicó que "termino mi trabajo como gobernadora de Janti-Mansíysk. Es la decisión que he tomado".
Agradeció al presidente, Vladímir Putin, y a los habitantes de su región por la confianza depositada en ella durante los últimos 14 años y aseguró que continuará su actividad laboral "en otro lugar", sin dar más detalles.
La dimisión de Komarova, la única mujer que dirigía una región rusa, se produce unos meses después de que dijera que Rusia "no necesitaba la guerra".
Durante una reunión con familiares de movilizados rusos en octubre pasado, Komarova, de 68 años, reconoció que el país no estaba preparado para lanzar una ofensiva a gran escala y por eso algunos soldados podrían no tener todo el equipamiento que necesitan. "No nos preparábamos para esta guerra, no la necesitamos", aseguró.
Más tarde, el servicio de prensa de la dirigente aseguró que Komarova se refería a la guerra de Rusia con Occidente. Sin embargo, algunos activistas la denunciaron por "desacreditar al Ejército" con sus declaraciones.
Durante la gestión de Komarova, Janti-Mansíysk ocupó el sexto lugar entre las regiones rusas con mayor esperanza de vida y tasa de crecimiento natural. Además, la entidad siberiana entró en la lista de las tres mejores regiones por calidad de la asistencia médica.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, admitió este jueves que Komarova deja "el listón muy alto" y su sucesor tendrá que esforzarse para mantener el legado de la antigua gobernadora.
En cuanto al nuevo destino de la política, Peskov aseguró que este se haría público en su debido momento.
Criticar la conocida como "operación militar especial" está expresamente prohibido para los funcionarios públicos y, en algunos casos, puede acarrear responsabilidad penal.
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