Unos 373 millones de personas están llamados este domingo a votar las elecciones para elegir el próximo Europarlamento del que saldrá el Ejecutivo de los 27 países que componen la Unión Europea (UE), con el fantasma de la ultraderecha antieuropea tocando la puerta, y con la inquietud sobre qué tamaño tendrá la marea populista
Aunque en casi todos los países estas elecciones se ven en clave interna (en Francia, como un anticipo de las presidenciales del 2027) a las que concurrirá Marine Le Pen; en Italia, como un referéndum sobre el Gobierno de la neofascista Giorgia Meloni; en España, como otro duelo entre el presidente sociaalista, el conservador Alberto Núñez Feijó y el ultra Santiago Abascal, y sobre todo en Alemania, el país más poblado y motor de Europa, donde se teme una fuerte irrupción de un partido neonazi, justo cuando se cumple un siglo de la fundación del Partido Nacionalsocialista Obrero por parte Adolf Hitler.
Los cristianodemócratas alemanes se habrían impuesto este domingo en las elecciones europeas en Alemania, en lo que constituiría un duro golpe para la coalición gubernamental del canciller Olaf Scholz, según dos sondeos a pie de urna, que otorgan a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) el segundo puesto.
A los partidos de la conocida como "la Unión", compuesta por la Unión Cristianodemócrata (CDU) y su formación hermana Unión Socialcristiana (CSU) de Baviera, esas encuestas atribuyeron entre 29.5% y un 30%.
La ultraderechista AfD lograría un preocupante segundo puesto con el 16% de los votos., según los sondeos.
Las formaciones de la coalición gubernamental que dirige Scholz quedaron en los resultados de estos sondeos claramente por detrás de CDU/CSU y AfD. El Partido Scialdemócrata de Alemania (SPD), la formación del canciller, habría registrado su peor resultado en unas elecciones europeas, pues se le atribuye un 14%.
Los Verdes, socios ecologistas de la coalición, logran en esos sondeos un 12%, ocho puntos por debajo del 20% registrado por este partido en las anteriores elecciones europeas.
El centroderecha tiene que decidir si sigue en pie la gran coalición de los últimos 60 años con socialdemócratas y liberales o si el PPE (Partido Popular Europeo) elige aliarse con la ultraderecha supuestamente presentable, con la italiana Giorgia Meloni como estrella rutilante. “Si eso ocurre, estaremos ante una mutación del proyecto europeo”, augura una alta fuente comunitaria consultada por “El País”.
Según las encuestas, el 25% de los europeos vota a partidos de extrema derecha, cuyo objetivo, precisamente, es destruir el espíritu unitario surgido de las ruinas de la Segunda Guerra Mundial.
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