Una de cal y una de arena para América Latina. El Fondo Monetario Internacional aseguró este martes que la región resistirá este año al fuerte impacto mundial de la guerra de Ucrania y los últimos coletazos de la pandemia, y crecerá un 3.5 por ciento a nivel regional, por encima de la media global.
Pero, por otra parte, advirtió que en 2023 la región se verá arrastrada por los malos datos de sus socios comerciales, al tiempo que el organismo aseguró que los malos datos económicos el siguiente años erán un problema mundial, pues buena parte del planeta o bien se asomará a una recesión o directamente caerá en ella.
Concretamente, aunque mantiene en el 3.2 por ciento la previsión de crecimiento del mundo para este 2022, el FMI augura que la economía global se frenará más de lo esperado en 2023, y por ello este martes anunció una rebaja de dos décimas, del 2.9 al 2.7 por ciento la previsión de crecimiento global para el próximo año.
El Fondo advierte de que los riesgos que ya han ralentizado la evolución económica mundial van a persistir y pueden empeorarla el año próximo.
El FMI indica que al menos un tercio de las economías mundiales entrarán el año que viene en recesión técnica, es decir, tendrán al menos dos trimestres consecutivos de contracción de su producto interior bruto (PIB).
Y calcula que hay un 25 por ciento de probabilidades de que la situación empeore y el crecimiento global del año que viene no llegue ni siquiera al 2 por ciento (ante la previsión actual del 2.7 por ciento), una situación que, a excepción del primer año de pandemia, no sucede desde 2001.
Todo ello en un momento marcado por una elevadísima inflación a nivel mundial que puede traer problemas mayores si no se frena a tiempo. De ahí que el Fondo anime a los bancos centrales a que sigan endureciendo su política monetaria, aunque eso lleve a una inevitable ralentización económica.
"En resumen, lo peor está por llegar, y para mucha gente 2023 se sentirá como una recesión", llegó a afirmar este martes el director de investigación del FMI, Pierre Olivier Gourinchas, en la introducción del nuevo informe.
La invasión rusa de Ucrania, que sigue "desestabilizando poderosamente" la economía mundial y ha llevado a Europa a una "crisis energética severa", así como la espiral de inflación en todo el mundo y la ralentización de la economía de China son para el Fondo los factores que están marcando la evolución económica mundial y seguirán haciéndolo en un futuro próximo.
En el caso de las economías avanzadas, el Fondo empeora las previsiones de este año de Estados Unidos (1.6 por ciento de crecimiento frente al 2.3 por ciento pronosticado en julio), pero mantiene las de 2023 (un 1 por ciento).
El Fondo recalca las "significativas" diferencias entre unos países y otros y la evolución que les espera, y augura un freno mucho mayor para los países más dependientes del gas ruso. Por eso en 2023 la zona euro sólo avanzará el 0.5 por ciento, siete décimas menos que lo que el Fondo calculaba antes.
La dependencia del gas ruso no es un problema que afecte de forma directa a Latinoamérica, que cerrará 2022 con un crecimioento del 3.5 por ciento, cinco décimas más de lo que auguraba el Fondo en abril, pero aun así verá como su crecimiento se estanca hasta el 1.7 por ciento en 2023, frente al 2 por ciento vaticinado hace seis meses.
Ambos datos, en cualquier caso, estám situados muy lejos del 6.9 por ciento alcanzado a nivel regional en 2021.
El mejor resultado de este año será posible gracias a los precios favorables de las materias primas, las aún buenas condiciones de financiación externa y la normalización de actividades en “sectores de contacto intensivo”, como la hostelería y la alimentación, que en su momento fueron los más afectados por la pandemia.
Sin embargo, se espera que el crecimiento en la región se desacelere a finales de este año y en 2023, a medida que se debilite el crecimiento de los países socios, se endurezcan las condiciones financieras y se debiliten los precios de las materias primas.
México crecerá el 2.1 por ciento este año (tres décimas menos que lo estimado en julio pasado) y el 1.2 por ciento el año próximo, un porcentaje que no ha variado.
En cuanto a Brasil, crecerá el 2.8 por ciento este año, 1.1 puntos más que lo estimado en julio, mientras que en 2023 ralentizará su crecimiento hasta el 1 por ciento (una décima menos de lo previsto anteriormente).
El organismo dirigido por la búlgara Kristalina Georgieva ofrece en su informe también datos de perspectivas de inflación y estima que en Latinoamérica y el Caribe los precios subirán este año un 14.1 por ciento de media, en datos que incluyen a Argentina pero no a Venezuela.
En 2023 la vida seguirá encareciéndose en la región el 11.4 por ciento y en cinco años, en 2027, se espera que el principal indicador de los precios se sitúe en el 5.7 por ciento.
Por su parte, China crecerá el 3.2 por ciento este año y el 4.4 por ciento en 2023, según el FMI, una y dos décimas menos, respectivamente, de lo que calculaba el informe anterior.
Su política de cero COVID y sus continuas cuarentenas han pasado factura al conjunto de su economía, a lo que se añade que sectores clave como el inmobiliario se han "debilitado rápidamente".
El freno de China está siendo uno de los factores que más afecta al curso económico mundial, sobre todo por los graves problemas que está produciendo en las cadenas de suministro. Algo que, recalca el fondo, seguirá "pesando fuertemente sobre el comercio y la actividad globales".
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