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Francia vota este domingo si da mayoría absoluta a la extrema derecha o no

El partido de Le Pen tiene asegurada una victoria histórica, pero puede ser amarga si no logra formar gobierno

segunda vuelta de las legislativas

La líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen

La líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen

EFE

El partido ultraderechista Agrupación Nacional (RN, en francés) está a punto de lograr una victoria histórica en la segunda vuelta de las elecciones legislativas francesas de este domingo, pero también de ver cómo la mayoría absoluta para poder gobernar se le escapa tras creer que la tenía a su alcance.

La segunda vuelta de las elecciones legislativas de mañana dará previsiblemente al RN una mayoría relativa de entre 170 y 230 diputados, según predicen los tres últimos sondeos, lo que supone un enorme salto desde los 89 logrados hace solo dos años —que ya eran un récord— y los 8 escaños de 2017.

Pero puede ser una victoria amarga para un partido que el pasado domingo, tras la primera vuelta, veía a su alcance la posibilidad de la mayoría absoluta (289 escaños), con al menos una proyección de escaños para la segunda ronda de hasta 310 diputados y otras dos colocándolo cerca del umbral.

Hacia la ingobernabilidad

El Nuevo Frente Popular (NFP), que aglutina a los principales partidos de la izquierda, lograría de 159 a 191, mientras que el bloque macronista conseguiría 118-150 y más lejos aún quedaría el conservador Los Republicanos (LR), con entre 35 y 67 escaños.

Con esas predicciones y tras una campaña muy polarizada, el escenario más probable es el de una Francia muy difícilmente gobernable.

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Cordón sanitario

Si se confirma que la extrema derecha finalmente no logrará la mayoría absoluta parlamentaria se le escapará, una vez más, la posibilidad de llegar al poder, tras la negativa del resto de partidos a aliarse en coalición, lo que en Francia se conoce popularmente como el cordón sanitario.

Más de 200 candidatos se han retirado de la segunda vuelta para evitar la dispersión del voto y tratar con ello que un rival de otra formación mejor colocado sea elegido en lugar de un aspirante ultraderechista.

La líder del RN, Marine Le Pen, y su delfín y aspirante a primer ministro, Jordan Bardella, insisten en que aún es posible la mayoría absoluta y han denunciado la retirada masiva de candidatos como un “engaño” antidemocrático.

“Ovejas negras… Nazis o atracadoras”

Al partido de Le Pen le ha perjudicado también el creciente escrutinio sobre sus candidatos a diputados, algunos de los cuales han tenido que abandonar la carrera electoral o dejar de hablar en público por actitudes racistas o xenófobas.

Por ejemplo, Ludivine Daudi se retiró el martes de la segunda vuelta en Calvados tras divulgarse una foto suya ataviada con una gorra de plato militar con la esvástica nazi, imagen tomada hace años en un festival de armamento.

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Marine Le Pen, miembro del Parlamento francés por el partido de extrema derecha Rassemblement National (RN)

Otra candidata, Paule Vyre de Soras, del departamento de Mayenne, dio la vuelta a Francia con una declaración en vídeo en la que aseguraba que su partido no es racista porque “en el RN hay judíos, musulmanes, españoles… Yo misma tengo un oftalmólogo judío y un dentista musulmán”.

En ese mismo departamento, Annie Bell, obtuvo un 30% de los votos en primera vuelta en su circunscripción, pese a que en 1995 fue condenada por cometer junto a su marido un asalto a mano armada con toma de rehenes en el pequeño Ayuntamiento de Ernée por una historia de deudas fiscales.

Jordan Bardella trató en los últimos dos días de campaña de restar importancia a estos episodios diciendo que en todo partido hay algunas “ovejas negras” y que tomarían medidas disciplinarias si fuera necesario.

El primer ministro saliente, el macronista Gabriel Attal, replicó que más que algunas ovejas “es todo el rebaño”, con una lista en la que aseguró que “uno de cada cuatro candidatos del RN ha hecho comentarios racistas, antisemitas u homófobos”.