La comunidad internacional reaccionó este lunes con horror al ataque israelí del domingo contra un campamento de refugiados en Rafah, pese a que se consideraba una "zona segura", ya que el gobierno de Benjamín Netanyahu no había ordenado su desalojo. El bombardeo causó un incendio en las lonas de las tiendas de campaña y quemó vivos a medio centenar de palestinos, la mayoría mujeres y niños, cuyos cuerpos se derritieron junto con los de sus enseres.
Las críticas llegan incluso de Alemania, el país que junto con Estados Unidos defiende con más fervor el derecho de Israel a la guerra en Gaza y al que le sigue suministrando armas.
La ministra de Exteriores alemana, Annalena Baerbock, aseguró que Israel “no logrará ningún beneficio y ningún rehén quedará libre, si se quema a personas en tiendas de campaña".
Baerbock recordó que "el derecho internacional, el derecho internacional humanitario se aplica a todos, se aplica también a la guerra israelí", en referencia a las medidas cautelares que la semana pasada dictó la Corte Internacional de Justicia pidiéndole a Israel que detuviera su ofensiva en Rafah.
El presidente francés, Emmanuel Macron, se mostró este lunes "indignado" por el bombardeo israelí a un campamento gestionado por Oficina de Refugiados de la ONU (UNWRA).
"Estas operaciones deben cesar", subrayó antes de añadir que "no hay zonas seguras en Rafah para los civiles palestinos".
El ministro de Defensa italiano, Guido Cruzetto, advirtió que bombardeos como el de Rafah tendrían consecuencias a largo plazo para Israel. "Esta agresión de Israel propaga el odio, infunde odio en el que sus hijos y nietos de los palestinos estarán involucrados", dijo.
Los países de la Liga Árabe, de la Unión Africana e Irán coincidieron en señalar que se trata de un nuevo crimen de guerra y contra la humanidad, por lo que exigió a la ONU que sea investigado y lo incluya en el pliego acusatorio del fiscal de la Corte Penal Internacional para que los jueces declaren una orden de arresto internaciona contra Netanhyahu y contra su ministro de Defensa, Yoav Gallant.
“Una noche sangrienta y aterradora”
Los ataques contra "familias en busca de refugio" son "aterradores", declaró UNRWA en la red social X: "Ha sido una noche sangrienta y aterradora. Gaza es el infierno en la tierra. Las imágenes de la pasada noche son otra prueba de ello".
El alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores y de Seguridad, Josep Borrell, declaró estar “horrorizado por las noticias que llegan de Rafah sobre ataques israelíes que matan a decenas de desplazados, incluidos niños pequeños. Lo condeno en los términos más enérgicos”.
“Estos ataques deben cesar inmediatamente. Todas las partes deben respetar las órdenes de la Corte Internacional de Justicia y la Corte Penal Internacional”, agregó, que la semana pasada ordenaron al Estado judio el cese inmediato de sus agresiones sobre el pueblo palestino, a lo que el gobierno de Netanyahu respondió con nuevos ataques, hasta superar este fin de semana la cifra de 36 mil muertos.
Quien no se sumó al coro de voces de condena contra la última agresión israelí ha sido el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, probablemente ante la sospecha de que el último crimen, que entraría en la categoría de crimen de guerra y contra la humanidad, se realizó con las armas entregadas por el gobierno de demócrata a sus aliados israelíes.
Biden ha advertido en reiteradas ocasiones que esta ayuda militar cesaría en caso de que se usen las armas estadounidenses en ataques contra civiles en Rafah. De momento, guarda silencio.
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