1.- ¿Qué pasó para que estallara el escándalo del aborto en EU?
Se trata, de hecho, de un doble escándalo: el primero, que por primera vez se ha filtrado un borrador interno de la máxima corte y de máxima importancia para la sociedad; y segundo, que los magistrados detrás del borrador quieren tumbar el derecho al aborto, protegido por la Constitución desde el histórico fallo “Roe v. Wade”.
2.- ¿Quiénes eran Roe y Wade?
En 1969, la joven embarazada Norma McCorvey demandó la prohibición al aborto de Texas, pero Henry Wade, fiscal del condado de Dallas, falló en su contra. La batalla judicial cobró tal relevancia que su abogada apeló y cambió el nombre de su clienta por el de Jane Roe, para protegerla. Finalmente, la apelación llegó a la Corte Suprema, que en 1973 falló que ningún estado puede prohibir el aborto, ya que se incluye dentro del derecho constitucional a la privacidad de la mujer (protegido por la Decimocuarta Enmienda), como quedó sentenciado en otro falló histórico ocurrido en 1965 —Griswold v. Connecticut—, que anuló la prohibición de los anticonceptivos durante el matrimonio, como impusieron estados como Connecticut.
El juez Harry Blackmun, un republicano moderado y defensor del derecho al aborto, redactó la opinión mayoritaria de la corte (7 a 2) en el caso Roe v. Wade, vigente desde hace casi cuatro décadas, pero que ahora podría ser anulado.
3.- ¿Por qué peligra el derecho al aborto justo ahora?
Porque, a diferencia de entonces, los actuales magistrados de tendencia conservadora pertenecen a la derecha radical religiosa. Y esto ha sido posible gracias a la llegada al poder de Donald Trump (2017-2021), tiempo en el que fallecieron tres magistrados (entre ellas Ruth Ginsburg, icono de la liberación femenina), golpe que aprovechó el mandatario populista para imponer a tres magistrados ultraconservadores y radicalmente contrarios al aborto.
Esto, unido a la deriva radical de congresistas y gobernadores republicanos —temerosos de airar al votante conservador, que sigue a Trump— está provocando la tormenta perfecta.
4.- ¿Cuándo podría conocerse el fallo, que, a tenor de lo filtrado, anulará el derecho al aborto?
Tan pronto como a finales de junio, cuando se reúna la Corte Suprema para sentenciar sobre la querella que interpuso el estado de Mississippi contra el gobierno de Joe Biden, por vetar su ley estatal que prohíbe el aborto luego de 15 semanas de gestación, mucho menos tiempo que las 20 semanas de límite establecido por otros estados con leyes restrictivas.
5.- ¿Si el Supremo anula el derecho al aborto, este se convierte en un crimen?
No, porque la decisión de crear leyes federales que penalicen el aborto tendrían primero que ser presentadas como iniciativa de ley ante el Congreso y que fuesen aprobadas y ratificadas por el presidente.
Otra cosa es lo que ocurra a nivel estatal. Los estados progresistas, al frente de ellos California, ya han anunciado que aprobarán nuevas leyes para proteger este derecho, mientras que el gobierno de Biden advirtió que atacará con todas sus armas si se anula la actual ley, lo que supondría un “punto de inflexión de la democracia”.
En el otro extremo, Texas —como otra veintena de estados conservadores— castigará el aborto con cárcel y recompensa a los que denuncien a la mujer o al equipo médico.
Esto quiere decir que, si pudiéramos trasladar a Roe a un futuro próximo y abortara clandestinamente en su natal Texas, podría acabar entre rejas.
6.- ¿Dónde estuvo el error que podría llevar a una inminente involución de los derechos civiles en EU?
Básicamente, en que hace cuatro décadas se creyó que era tal el consenso entre jueces y políticos sobre el derecho al aborto, que nadie pensó en la conveniencia de que estuviera protegido no sólo por una sentencia de la Corte, sino por una ley federal, aprobada por el Congreso y ratificada por el presidente.
Pocos imaginaron en esa década de los setenta, de protestas y batallas progresistas ganadas, que iba a estallar una involución de tono populista radical en pleno siglo XXI
7.- ¿Qué va a pasar ahora?
En primer lugar, como ha dicho el presidente de la Corte Suprema, John Roberts, se tiene que investigar la “atroz” filtración ocurrida; además, señaló que un borrador no es nada definitivo, por lo que habrá que esperar la sentencia definitiva.
Y por último, que el escándalo recién estallado obligará a los políticos a definir su postura ante el aborto de cara a las decisivas elecciones de medio término que se celebran en noviembre, donde los demócratas se juegan el control del Congreso.
De momento, la única certeza es que la guerra cultural entre progresistas y conservadores ha estallado en EU y sus consecuencias podrían repercutir en la lucha global entre defensores de las libertades individuales y los que tratan de forzar un regreso al oscuro pasado, en nombre de la tradición, la religión y la patria, como pretende Putin en Rusia.
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