El diario The Washington Post reveló este domingo en exclusiva que la organización terrorista Hamás tenía planeado una segunda ola de ataques contra Israel, como el ocurrido el 7 de octubre, que dejó más de mil 400 muertos y 240 secuestrados, con el objetivo no sólo de seguir matando y capturando la mayor cantidad de israelíes posible, sino arrastrar al Estado judío a una guerra regional que acabaría degenerando en un conflicto con todo el mundo islámico.
La evidencia, descrita por más de una docena de funcionarios actuales y anteriores de inteligencia y seguridad de cuatro países occidentales y de Oriente Medio Oriente, revela la intención de los planificadores de Hamás de asestar un golpe de “proporciones históricas, con la expectativa de que sus acciones obligarían a una respuesta israelí abrumadora”, según destaca el “Washington Post”.
Algunos terroristas llevaban suficiente comida, municiones y equipo para varios días, dijeron funcionarios, y tenían instrucciones de continuar adentrándose más en Israel si la primera ola de ataques tenía éxito, atacando potencialmente ciudades israelíes más grandes.
Además, la planificación del histórico ataque contra Israel estuvo en marcha durante más de un año antes de los acontecimientos del 7 de octubre, dijeron funcionarios de inteligencia. El grupo también planeó de antemano una severa represalia israelí, de hecho, los funcionarios de Hamás han dicho repetidamente que la esperaban y “acogían con agrado”.
Los pronunciamientos de Hamás, dando la bienvenida a un conflicto más amplio, evocan declaraciones de los líderes de Al Qaeda después de los ataques del 11 de septiembre de 2001, señaló Rita Katz, directora ejecutiva del SITE Intelligence Group, una organización privada que estudia la ideología y las comunicaciones en línea de los grupos extremistas.
El líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, esperaba una furiosa respuesta estadounidense después de los ataques a Nueva York y Washington, dijo Katz, y acogió con agrado lo que creía que sería una confrontación violenta y global entre el mundo musulmán y Occidente, en la que el Islam finalmente prevalecería.
“Hamás sabía que Israel contraatacaría con fuerza. Ese era el punto”, dijo Katz. “Para Hamás, el sufrimiento palestino es un componente crítico para provocar la inestabilidad y la indignación global que busca explotar”.
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