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Hezbolá arrastra a Líbano a la guerra con Israel, a tres meses de que estallara en Gaza

El grupo terrorista chiita incrementa sus ataques contra el norte de Israel, tras el asesinato en su feudo en Beirut del número dos de Hamás

Soldados israelíes preparan municiones para atacar Gaza
Soldados israelí con una imagen del jeque Nasralá, líder de Hizbulá, dentro de una diana colgada en su chaleco, ayuda a colocar los proyectiles para ser lanzados contra el sur de Líbano Soldados israelí con una imagen del jeque Nasralá, líder de Hizbulá, dentro de una diana colgada en su chaleco, ayuda a colocar los proyectiles para ser lanzados contra el sur de Líbano (EFE)

El peor escenario posible derivado de la guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza —que se convierta en un conflicto regional— está a punto de cumplirse, con Líbano como nuevo frente de batalla del Ejército israelí, mientras su principal abastecedor de armas, Estados Unidos, y la diplomacia europea presionan para evitar que Oriente Medio estalle en llamas en pleno año electoral.

Hezbolá parece dispuesto a arrastrar al país del cedro a la guerra, luego de incrementar sus ataques al norte de Israel, en venganza por el asesinato el miércoles del número dos de Hamás, Saleh al Aruri, en su oficina en el sur de Beirut, feudo del grupo terrorista chiita en la capital libanesa.

Este sábado, Hezbolá lanzó 62 proyectiles contra uno de los principales centros de inteligencia en el norte de Israel, en su primera respuesta al asesinato de Arouri mediante un dron israelí.

A las 8:10 hora local fue atacada la Base de Vigilancia Aérea de Meron, uno de tan solo dos centros con esas características en el Estado judío, informó Hiezbolá en un comunicado. Según la nota, las instalaciones atacadas se ubican en la cima de la montaña “más alta de la Palestina ocupada” —otro pico mayor en manos israelíes pertenece al Golán arrebatado a Siria— y son las únicas destinadas a la "administración, vigilancia y control aéreo" en el norte de Israel.

La reacción israelí al nuevo ataque de Hezbolá no se hizo esperar, mientras crece el temor a que el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, pierda la paciencia y cumpla su amenaza reiterada de declarar una guerra abierta a Líbano, si persisten los ataques del grupo chiita libanés, armado y financiado por Irán.

Hezbolá anunció que cinco de sus combatientes murieron por ataques israelíes, en los que denunció el uso del ilegal fósforo blanco, en una jornada especialmente violenta en la que el grupo chiita comenzó su primera fase de respuesta al asesinato del número dos de Hamás en Beirut.

“Israel ha estado lanzando continuos ataques contra el sur de Líbano, principalmente contra viviendas y terrenos, mediante ataques aéreos y proyectiles de artillería, incluido proyectiles de fósforo blanco”, dijo Hezbolá en un comunicado, en el que identificó a los cinco “mártires”.

El poderoso grupo hegemónico entre la población chiita libanesa reivindicó posteriormente otros cinco ataques, uno de ellos contra una “concentración de soldados de infantería del Ejército israelí en las inmediaciones del cuartel de Honen”.

Estos cinco ataques se suman a los 62 proyectiles que lanzaron esta mañana contra uno de los principales centros de inteligencia en el norte de Israel.

Por su parte, el Ejército israelí dijo en un comunicado que respondieron a las acciones desde el Líbano y atacaron “dos complejos militares de Hezbolá, que contenían importantes activos de la organización terrorista” en el sur del país mediterráneo.

La fuente israelí señaló que ninguno de los ataques desde el Líbano causó víctimas entre sus filas.

La formación libanesa y las fuerzas israelíes están enzarzadas en intenso fuego cruzado a través de la frontera entre ambos países desde el pasado 8 de octubre, un día después del ataque terrorista de Hamás en el sur de Israel, mientras que el ataque de esta semana en los suburbios de Beirut ha elevado los miedos a una mayor escalada.

La violenta jornada de este sábado se produce durante la visita del alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, que mantuvo encuentros de alto nivel con las autoridades libanesas como parte de los esfuerzos diplomáticos para evitar una guerra en el país.

“Nadie ganará con un conflicto regional, estoy aquí para explorar la situación y contribuir a una salida de la crisis (...) Los canales diplomáticos deber permanecer abiertos para enviar una señal de que la guerra no es la única opción, es la peor opción”, afirmó durante su intervención.

En cuanto a la crisis humanitaria en la Franja de Gaza, el español alertó desde Beirut de que "incluso la guerra tiene reglas" y pidió que Israel utilice otras vías para eliminar al movimiento islamista palestino Hamás que no conlleven la muerte “de tanta gente inocente”.

“Incluso la guerra tiene reglas y hay normas humanitarias internacionales que tienen que ser respetadas. Como he dicho muchas veces, un horror no justifica otro”, afirmó el diplomático español en una rueda de prensa junto al ministro libanés de Exteriores, Abadalá Habib.

“Israel ha declarado una guerra para erradicar a Hamás, debe haber otra forma de erradicar a Hamás que no suponga que muera tanta gente inocente”, consideró el jefe de la diplomacia europea.

En paralelo, el secretario de Estado de EU, realizó su tercer visita a Oriente Medio desde que Israel declaró la guerra a Hamás; esta vez, con una reunión en Turquía con el presidente Recep Tayyip Erdogan, a quien presionó para que ejerza su influencia con el régimen iraní para que éste frene los deseos de venganza de sus tentáculos en la región —Hezbolá en Líbano y los hutíes en Yemen— por la invasión israelí de Gaza.

El último escenario que quiere el presidente de EU, Joe Biden, es que se enquiste o se agrande la guerra en Oriente Medio, en pleno año electoral y con su reelección en peligro, como alertan las encuestas.

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