Mundo

Inseguridad alimentaria se reduce en Latinoamérica pero no en el resto del mundo

La región redujo el nivel del 31.4 % a 28.2 % y registra 187.6 millones de afectados. Hay 733 millones de personas subalimentadas en el planeta: ONU

informe 

Una niña que vende dulces en una calle de Guatemala.

Una niña vende alimentos en una calle de Guatemala.

EFEagro/Esteban Biba

La inseguridad alimentaria sigue rasgando las entrañas de la naciones del mundo. Solo América Latina y el Caribe ha podido reducir sus niveles de inseguridad alimentaria moderada o grave entre 2022 y 2023, según un informe de las Naciones Unidas.

La proporción de la población afectada disminuyó del 31.4 % al 28.2 %, lo que aún equivale a 187.6 millones de personas. 

Las cifras vienen del informe anual titulado "El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo"  presentado en Río de Janeiro, coincidiendo con las reuniones ministeriales del G20. El estudio fue elaborado por cinco agencias de la ONU: FAO, FIDA, OMS, PMA y Unicef.

La región latinoamericana destacó por ser la única en mostrar una mejora, en contraste con África (que pasó de 57.9 % a 58 %), Asia (24.7 % a 24.8 %), Oceanía (24.1 % a 26.8 %), y Norteamérica y Europa (8.5 % a 8.7 %), donde la inseguridad alimentaria se mantuvo estable o aumentó ligeramente.

Además, la inseguridad alimentaria grave, que afecta a aquellos que pasan días enteros sin alimentos, también disminuyó en América Latina, pasando del 11 % al 8.7 %, lo que significa que 14 millones de personas dejaron de padecer esta condición extrema.

Inseguridad alimentaria con diferencias subregionales

A pesar del progreso general en América Latina y el Caribe, el informe revela importantes diferencias subregionales. Máximo Torero, economista jefe de la FAO, explicó que mientras Sudamérica ha mejorado sustancialmente y Centroamérica se ha estabilizado, el Caribe todavía enfrenta serios problemas de inseguridad alimentaria.

La prevalencia de inseguridad alimentaria moderada o grave en el Caribe fue del 58,8 %, más del doble que en Centroamérica (28,2 %) y Sudamérica (25,1 %).

El Caribe se ha visto "muy afectado" por el cambio climático y apenas comienza a recuperarse del impacto que tuvo la pandemia de covid-19 en el turismo, principal motor económico de muchos países de la región, según Torero.

En contraste, la mejora en Sudamérica se atribuye a la existencia de programas sociales "sólidos". Países como Perú, Chile, Colombia y Brasil tienen sistemas de protección social bien establecidos, algo que es menos común en África y Asia.

Desafíos globales

A nivel global, los niveles de hambre se mantuvieron alarmantemente altos en 2023, con alrededor de 733 millones de personas subalimentadas crónicamente. África sigue siendo la región más afectada, con un 20.4 % de su población padeciendo hambre, mientras que en Asia el nivel se estabilizó en un 8.1 %.

El informe señala que el mundo ha retrocedido 15 años en la lucha contra el hambre, comparando los niveles actuales de subalimentación con los de 2008-2009. Este retroceso se debe a guerras, catástrofes climáticas, crisis económicas, inflación, falta de financiación y creciente desigualdad social.

La pandemia de covid-19 exacerbó estas desigualdades, y hoy hay 152 millones más de personas que pasan hambre en comparación con 2019.

Este miércoles, coincidiendo con la presentación del informe, Brasil, que ostenta la presidencia temporal del G20, lanzó una Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, invitando a todos los países a unirse para luchar conjuntamente contra la creciente desigualdad.

El informe de las Naciones Unidas subraya la necesidad "urgente" de una mayor y más eficiente financiación para la seguridad alimentaria y la nutrición, especialmente en los países pobres.

Rossana Polastri, directora regional del FIDA para América Latina y el Caribe, destacó la importancia de invertir más y de manera más inteligente, involucrando tanto a los gobiernos como al sector privado en la lucha contra el hambre y la pobreza rural.

Si la tendencia actual continúa, se estima que 582 millones de personas estarán crónicamente subalimentadas en 2030, la mitad de ellas en África, una cifra que está lejos del objetivo de cero hambre para ese año.

La Alianza Global contra el Hambre de Brasil busca mejorar la coordinación y aumentar la inversión para abordar este desafío global de manera efectiva.