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Irán los arma y luego esconde la mano: ¿Qué grupos proiraníes operan en Oriente Medio?

El régimen de los ayatolás se lava las manos después de cada ataque de las milicias terroristas chiitas que arma en Líbano, Yemen, Siria e Irak, contra objetivos israelíes y occidentales... pero todos los caminos conducen a Teherán

guerra en oriente medio

El líder supremo de Irán, Alí Jameneí y el líder de Hamás, Ismail Haniye, durante una reunión en Teherán celebrada el 23 de junio de 2023 ¿De qué hablarían?

El líder supremo de Irán, Alí Jameneí y el líder de Hamás, Ismail Haniye, en Teherán el 23 de junio de 2023, con un retrato del ayatolá Jomeini presidiendo la, escena ¿De qué hablarían?

IRNA

Brigadas Ezeldin al-Qasam (sunitas palestinos)

Es el brazo armado de Hamás y responsable del atentado terrorista del pasado 7 de octubre en el sur de Israel, el peor ataque que ha sufrido el Estado judío en toda su historia, con más de 1,200 muertos ese día (sin contar con los más de 136 que siguen rehenes en la Franja, entre ellos el mexicano Orión Hernández).

La brigada terrorista —cuyo nombre hace honor al nacionalista Al Qassam, quien combatió a principios del siglo XX contra los colonos británicos por la liberación de Palestina—, al igual que el líder político de Hamás, Ismail Haniye (exiliado en Qatar), se opusieron con fiereza a los Acuerdos de Oslo de 1993 porque proponía la creación de dos Estados, el actual israelí y el palestino.

Desde entonces, los brigadistas de Hamás han hecho todo lo posible por sabotear mediante la violencia cualquier acuerdo de paz, pero nunca habían llegado tan lejos y de forma tan cruel como ese 7 de octubre, cuando masacraron sin sentido a familias enteras que trabajaban en kibutz (granjas colectivas) o a jóvenes que bailaban en un festival de música.

La terrible paradoja es que Irán (la gran patria de los chiítas, corriente minoritaria del Islam) no fue el único estado que lleva más de una década armando a los los brigadistas palestinos que atacaron Israel, sino que el propio Estado judío presuntamente apoyó la creación de Hamás y permitió que se armase su brazo armado para debilitar a la Autoridad Nacional Palestina (ANP), a la que los radicales palestinos lograron expulsar de la Franja de Gaza, que controlan con mano dura desde 2006 y convirtió a sus habitantes en escudos humanos y en carne de cañón de la ira israelí.

Por culpa de este gravísimo error de cálculo, el primer ministro Benjamín Netanyahu está siendo investigado, no sólo por haber despreciado las presuntas alertas que le llegaron sobre que Hamás estaba preparando un ataque a gran escala, sino que, al parecer, lleva años permitiendo el envío de dinero y armas a sus "enemigos" del Movimiento de Resistencia Islámica, en la absurda creencia de que así los tendría contentos y no se atreverían nunca a desafiar el poderío militar israelí.

Brigadas Al Quds (sunitas palestinos)

Es el brazo armado de la Yihad Islámica Palestina, una organización minoritaria en la Franja de Gaza frente a la poderosa Hamás, con la que comparte idénticos métodos terroristas, como el lanzamiento de cohetes contra zonas pobladas de Israel o el deseo de destruir el Estado sionista, pero con la que ha tenido encontronazos en el pasado, por el reparto de dinero de donantes externos (como Qatar) y para tener sun propia autonomía y evitar someterse a las órdenes de Hamás.

A cambio de su presencia más marginal en la Franja, la brigada que toma el nombre de Jerusalén (Al Quds significa Jerusalén en árabe) cuenta con células, bien armadas por Irán, en Cisjordania y en los campamentos de refugiados palestinos en Líbano.

Hezbolá (chiitas libaneses)

En árabe, el Partido de Dios. Es la milicia que aglutina a la corriente musulman chiíta en Líbano, uno de los países más fracturados en etnias y corrientes religiosas del mundo, por un lado con diversas corrientes cristianas, y por otros con minorías musulmanas divididas entre sunitas y chiitas.

Hezbolá, liderado por el jeque Nasralá (aliado libanés del líder supremo de Irán, Alí Jameneí) está conformado por un brazo político con importante presencia en el Parlamento y un brazo armado que desafía incluso la autoridad del Ejército libanés y controla “de facto” el sur del país, la región más cercana a Israel y desde donde ataca casi a diario con el lanzamiento de cohetes y misiles desde el nefasto 7 de octubre, poniendo en serio riesgo de guerra a todo Líbano, como ha advertido reiteradas veces Netanyahu si persiste en sus escaramuzas bélicas.

De hecho, la inteligencia israelí y estadounidense sospechan que el atentado del 7-O se gestó en el cuartel de Hezbolá en el sur de Beirut, en una serie de reuniones el pasado verano entre sus dirigentes con sus aliados de Hamás y mandos de la Guardia Revolucionaria iraní, según fuentes cercanas consultadas por "The Wall Street Journal".

Como cabía esperar, dichos encuentros en Beirut han sido desmentidos por el régimen que lidera con mano dura el ayatolá Jameneí, lo que no impidió que Israel asesinara el 2 de enero al número 2 de Hezbolá, Saleh al Aruri, en su oficina en el sur de Beirut.

Hutíes (chiítas yemeníes)

Este grupo tribal yemení de confesión chiita conocido por el nombre de su líder, Husein Baddredin al Huti, se hizo con el control del oeste de Yemen en 2015, desde donde sostiene una guerra contra el gobierno sunita, apoyado militarmente por una coalició liderada por Arabia Saudí, el rico reino petrolero, que teme perder su influencia frente Irán, su rival por la hegemonía y el control del golfo Pérsico.

Pocas semanas después de que los israelíes declarasen la guerra a Hamás y castigaran con bombardeos indiscriminados a los habitantes de Gaza, los hutíes hicieron lo propio con una declaración de guerra, que se tomó poco en serio al principio... hasta que hicieron sabes al mundo que ellos son los que controlan el estrecho de Bab al Mandab, la entrada al mar Rojo que da acceso al canal de Suez, por donde navega gran parte del tráfico marítico mundial.

La primera señal de que los hutíes armados por Irán hablaban en serio con su declaración de guerra a Israel fue el abordaje el pasado noviembre de 2023 de un barco mercante y el secuestro de toda la tripulación, incluídos dos mexicanos, con la excusa de que el dueño es israelí.

Desde entonces no han cesados los ataques hutíes a barcos, militares o de mercancías, forzando a las navieras a desviarse por la ruta más larga (con la consecuente presión sobre los precios de infinidad de bienes). Estados Unidos no tardó en responder con ataques quirúrgicos contra bases hutíes para tratar de mantener a los rebeldes yemeníes a raya.

De momento, la respuesta de EU no ha tenido éxito y las provocaciones hutíes continúan (incluso fuera del plano militar, como la decisión de renombrar a la calle principal de Al Hudeida, su mayor puerto en el mar Rojo, 7 de Octubre.

De momento, los bombardeos de represalia estadounidenes y de sus aliados británicos han sido quirúrgicos, por el riesgo de que se abra un segundo y peligroso frente de guerra en ese extremo de la explosiva (y petrolera) región de Oriente Medio.

Pero la respuesta de EU no parece haber disuadido a los hutíes, que este mismo martes intentó sin éxito derribar con un misil un buque de guerra estadounidense.

Resistencia Islámica en Irak (chiitas iraquíes)

Este movimiento chiita iraquí, que aglutina a diferentes milicias proiraníes, se diferencia de las otras organizaciones terroristas financiadas por Irán en que su objetivo prioritario no es tanto la destrucción de Israel, sino la expulsión de toda presencia militar estadounidense de Oriente Medio, incluido el golfo Pérsico.

EU no sólo es el primer abastecedor mundial de armas a Israel, sino que cuenta con bases militares en Jordania, e Irak y la región siria fronteriza con ambos países, donde resisten aún grupos armados de la oposición siria contras el régimen chiita de Bachar al Asad en Damasco, apoyado a su vez por Rusia.

En una de esas bases estadounidenses, la milicia Kataib Hizbulá, la más destacada de la Resistencia Islámica en Irak, se adjudicó la muerte de tres soldados estadounidenes este domingo 28 de enero.

El ataque letal mete mucha presión al presidente Joe Biden, quien se encuentra entre la espada y la pared, ya que, por un lado no puede dejar sin castigo la muerte de soldados estadounidenses, y por otro, no puede arrasgtrar al país a otra guerra en el polvorín de Oriente Medio, en pleno año electoral y con su reelección en peligro.

Este mismo martes, en previsión de una dura respuesta estadounidense, Kataib Hezbolá anunció que no volverá a atacar posiciones de Estados Unidos en Oriente Medio.

"Anunciamos la suspensión de las operaciones militares contra las fuerzas de ocupación para evitar avergonzar al Gobierno iraquí", dijo el grupo terrorista chiita iraquí en un comunicado, en el que aseguró que la milicia continuará "defendiendo al pueblo de Gaza de otras maneras".

Antes del "alto el fuego" de la milicia iraquí contra EU, el gobierno iraní negó públicamente cualquier relación con el atentado contra soldados estadounidenses y se limitó a señalar que “la República Islámica Irán no se entromete en las decisiones de los grupos de la resistencia sobre cómo apoyar a la nación palestina o defenderse a sí mismos”.

Queda por ver hasta qué punto el anuncio de Kataib Hezbolá fue una orden del régimen iraní, temeroso de que proveque una escalada bélica que acabe arrastrando a Irán y a EU a una guerra de consecuencias imprevisibles para la estabilidad mundial.

A falta de nuevos datos que prueben o descarten el papel de Irán en ataques masivos como el del 7-O, la procedencia de las armas y las fotos que prueban los encuentros entre dirigentes iraníes y líderes de estas organizaciones terroristas prueban una cosa: todos los caminos conducen a Teherán.