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El Estado Islámico (EI) reivindicó este jueves el doble atentado "suicida" que el miércoles dejó al menos 84 muertos en la localidad de Kerman, en el sur de Irán, durante la celebración del cuarto aniversario del asesinato del comandante iraní Qasem Soleimani a manos de Estados Unidos.
El grupo terrorista sunita (que considera hereje a la corriente chiita del Islam) dijo en un comunicado difundido a través de sus canales de Telegram que dos de sus miembros "se dirigieron hacia una gran concentración" cerca de la tumba de Soleimani en Kerman e "hicieron detonar sus cinturones explosivos", lo que provocó la muerte de 84 personas, un balance revisado a la baja desde los 103 informados en los momentos de caos por la explosión.
El Estado Islámico identificó a los dos atacantes suicidas como Omar al Mowhid y Saifalá al Muyahid, que cometieron el atentado para que "los politeístas sepan que los yihadistas están detrás suyo y de sus proyectos", de acuerdo con el comunicado.
El atentado dejó, además, otros 284 heridos, de los cuales 220 siguen hospitalizados, de acuerdo con las autoridades iraníes, que pocos después de la doble expresión acusaban de estar detrás a la “arrogancia”, eufemismo con el que el régimen de los ayatolás suele nombrar a Estados Unidos.
De confirmarse que los autores del peor ataque terrorista contra civiles desde el triunfo de la revolución, en 1979, es el Estado Islámico, y no fue orquestado por terroristas al servicio de Israel o Estados Unidos, se evitaría una casi segura escalada bélica regional del conflicto que enfrenta a Israel con los palestinos de Hamás en Gaza y (aunque no abiertamente) con los libaneses de Hezbolá en el sur del país del cedro.
Poco antes de que el Estado Islámico hiciera este anuncio, investigadores iraníes del doble atentado ya apuntaron que se podría tratar de "ataques suicidas", informó la agencia de noticias iraní IRNA.
Según la agencia, que citó a una fuente "bien informada" sobre el estado de las investigaciones, las dos explosiones ocurridas en Kerman durante la celebración del aniversario del asesinato del poderoso general iraní, Qasem Soleimani, fueron producidas por dos atacantes suicidas, “modus operandi” del Estado Islámico en sus ataques indiscriminados contra la población (aunque la fuente no mencionó a esta organización que llegó a controlar territorialmente parte de Irak y Siria, mediante la creación de un califato del terror).
"El atacante suicida del primer incidente era un hombre que quedó completamente desmembrado como resultado de la explosión" y su identificación está bajo investigación, indicó la agencia, que apuntó que la segunda deflagración también "podría tratarse" de una acción similar.
No es la primera vez que Irán recibe un zarpazo terrorista del Estado Islámico, ya que se trata de la madre patria de los chiitas (la religión oficial).
En 2022, el Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad de un ataque mortal contra un santuario chií en el que murieron 15 personas. En 2017, cinco terroristas del mismo grupo atacaron simultáneamente la sede del Parlamento Iraní y un mausoleo, ambos ubicados en el centro de Teherán, y mataron a 17 civiles e hirieron a unas 40 personas.
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