Israel ha encendido una nueva mecha del polvorín que es hoy Medio Oriente. Matar al líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, en Teherán, sólo un día después de liquidar al comandante de Hizbulá, Fuad Shukr, en Beirut, desató el temor en el mundo ante la inminente escalada de un conflicto enconado que día a día suma víctimas mortales en Gaza, por sólo mencionar uno de los efectos.
Ataques quirúrgicos contra dirigentes de alto perfil de grupos que conforman el ‘Eje de la resistencia’, supone algo más que llevar el conflicto a una escala mayor. Demuestran también la manera en que Israel asume su papel dentro de esta trama de gruesos nudos de conflicto. Le importa poco la diplomacia. Quiere imponerse con mano dura.
A Irán no le queda otra más que vengarse de Tel Aviv, porque si no responde como se espera su credibilidad ante los ojos de sus socios regionales y su propia noción de seguridad sufrirán un grave daño.
La respuesta iraní, y las de sus aliados, principalmente Hizbulá, Hamás y los hutíes, tendrán fuerte repercusión en el futuro inmediato regional. No pocos auguran una seria represalia coordinada a nivel del eje incluso contra intereses de EU. De ahí la preocupación por una guerra más intensa y descarnada.
Israel solo ha reivindicado la responsabilidad del ataque en Beirut contra Shukr, asumiéndolo como represalia por el ataque con cohetes en Majdal Shams en los Altos del Golán tres días antes y que mató a 12 niños. Las sospechas recayeron en Hizbulá como autores del crimen, aunque el grupo lo negó.
El asesinato de Haniyeh resuena escandalosamente en las frágiles relaciones entre Irán y EU. El crimen atiza la llama iracunda del “Eje de la resistencia” y supone un golpe bajo para Irán, especialmente por el simbolismo de que un líder extranjero haya sido abatido en el mismo latido de la capital iraní.
Para el nuevo presidente Pezeshkian, el “reformista” que prometió revitalizar los lazos con Occidente y respaldó el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA), este asesinato ha sido un golpe en los bajos, en su intento de acercar posturas con EU.
Aunque Washington asegura no haber tenido conocimiento previo del operativo israelí, el liderazgo iraní percibe la sombra estadounidense detrás del ataque.
Esto complica aún más el intento de Pezeshkian de abrir una puerta a la diplomacia con Washington. Al mismo tiempo, una represalia iraní que golpee un objetivo de alto perfil en Israel para mostrar simetría en la respuesta podría sellar el destino de cualquier esperanza de acercamiento diplomático.
“Si Irán y sus aliados están en guerra abierta con Israel, la diplomacia con Estados Unidos queda completamente fuera de la mesa”, alertó Negar Mortazavi, periodista iraní asentada en Washington y voz del The Iran Podcast.
Ante un potencial ataque coordinado por Irán, Israel está intensificando sus esfuerzos para consolidar una coalición internacional que lo proteja.
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, se reunió el viernes en Tel Aviv con el nuevo secretario de Defensa del Reino Unido, John Healey, y más tarde mantuvo una conversación telefónica con su homólogo estadounidense, Lloyd Austin. En ambas reuniones se habló de la necesidad de formar una coalición internacional “para defender a Israel frente a Irán y sus aliados”.
EU, Reino Unido y Alemania fueron parte de esa coalición, mientras que países árabes como Jordania, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí permitieron el uso de su espacio aéreo para las intercepciones.
Israel busca reactivar esta alianza, inicialmente con los mismos países, para contrarrestar una posible respuesta de Irán y Hizbulá.
En ese trámite, el primer ministro israelí, Bejamín Netanyahu, dijo durante una ceremonia que “Irán intenta rodearnos con su yugo del terror”, pero que Israel está dispuesto a enfrentarse a la república islámica en cualquier frente, “lejos o cerca”.
Mientras que el principal portavoz del Ejército, contralmirante Daniel Hagari, aclaró que el país todavía no ha realizado cambios en su nivel de alerta militar.
“Estamos trabajando para dar un aviso adecuado para prepararse para cualquier amenaza. Pero mientras no digamos lo contrario, no hay cambios en las directrices del Comando del Frente Interior”, dijo este domingo.
Este domingo, el ministro de Exteriores italiano, Antonio Tajani, convocó a sus colegas del G7, en un intento por aplacar las llamas que aumentan en Oriente Medio.
Lideró una cumbre cargada de urgencia, en la que se hizo un llamado a evitar cualquier chispa que pudiera avivar una nueva conflagración.
“Junto a nuestros socios, hemos manifestado una profunda inquietud por los recientes acontecimientos que podrían transformar la crisis en un incendio regional, extendiéndose desde el Líbano”, señaló Tajani en un comunicado tras la reunión, reflejando la preocupación compartida.
Mientras, cada vez son más los países que toman precauciones ante la inevitable escalada.
España, Francia, Reino Unido, Canadá, Australia, Suecia y Jordania, entre otros, pidieron a sus ciudadanos en el Líbano que abandonen el país “lo antes posible”, a la espera del inminente ataque de Irán y el “Eje de la resistencia”.
El término es empleado para describir una alianza de grupos y países en el Medio Oriente que se oponen a la influencia de EU e Israel en la región, y que se ha sostenido por años gracias al apoyo iraní.
Hamás gobierna la Franja de Gaza y es un actor fundamental del actual conflicto con Israel. Su carta fundacional de 1988 llama a la creación de un estado islámico en toda la Palestina histórica y rechaza la existencia del Estado de Israel.
Hizbulá significa “Partido de Dios”, y fue creado por los Guardianes de la Revolución de Irán en 1982 con el objetivo de luchar contra las fuerzas israelíes que habían invadido Líbano ese año.
El grupo fuertemente armado, también un influyente jugador político, comparte la ideología islamista chií de Irán y es ampliamente considerado más poderoso que el estado libanés.
Los hutíes pertenecen a la secta zaydí del islam chií y han tenido durante mucho tiempo lazos amistosos con Irán. Su movimiento estableció el control sobre grandes partes de Yemen durante una guerra civil que los arrojó al conflicto con Arabia Saudita y sus aliados del Golfo, quienes, preocupados por la creciente influencia de Irán, intervinieron en la guerra en 2015 en apoyo del gobierno derrocado.
EU los volvió a incluir en su lista de grupos terroristas designados en respuesta a los ataques al transporte marítimo. La coalición liderada por Arabia Saudita que lucha contra los hutíes ha acusado durante mucho tiempo a Irán de armar, entrenar y financiar al grupo.
También están los grupos chiíes con lazos con Irán. Tomaron protagonismo en Irak después de la invasión liderada por EU en 2003, y desarrollaron milicias con decenas de miles de combatientes.
Los grupos armados chiíes que luchan como parte de Hashd al-Shaabi, o las Fuerzas de Movilización Popular, jugaron un papel principal en Irak en la lucha contra el grupo Estado Islámico, que controló vastas zonas de Irak y Siria entre 2013 y 2017.
Mientras que los miembros de estos grupos armados chiíes reciben salarios del estado y están técnicamente bajo la autoridad del primer ministro, a menudo operan fuera de la cadena de mando militar iraquí.
El gobierno de Siria liderado por el presidente Bashar al-Assad es parte del Eje de Resistencia, pero no ha desempeñado ningún papel directo en el conflicto actual. Sin embargo, el territorio sirio ha sido un escenario de escalada.
Esto ha incluido ataques de milicias respaldadas por Irán a fuerzas estadounidenses en el este, ataques aéreos israelíes en Siria contra personal iraní y miembros de Hizbulá, y ocasionales intercambios de fuego entre los Altos del Golán ocupados por Israel y el suroeste de Siria.
@alanrguez16
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