Guilad Erdán, embajador de Israel ante las Naciones Unidas, hizo pública una decisión que generó un fuerte impacto en la comunidad internacional. En respuesta a las recientes declaraciones del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, Erdán anunció que Israel rechazará visas para los representantes de la ONU como medida de protesta.
Esta polémica medida se implementó después de que Guterres afirmara que el ataque de Hamás el 7 de octubre "no viene de la nada, sino de 56 años de ocupación".
Erdán enfatizó que Israel ya ha comenzado a aplicar esta política, citando un ejemplo concreto: la negación del visado al subsecretario general de Asuntos Humanitarios de la ONU, Martin Griffiths. El embajador israelí manifestó sus opiniones en una entrevista con la radio del Ejército israelí, afirmando con contundencia: "Es hora de darles una lección a los altos cargos de la ONU".
Las declaraciones de Guterres también generaron una fuerte condena por parte de Dani Dayan, presidente del Museo del Holocausto de Jerusalén, Yad Vashem. Dayan argumentó que "la masacre de judíos por parte de Hamás el 7 de octubre fue genocida en sus intenciones e inmensamente brutal en su forma". Además, destacó la diferencia entre este trágico evento y el Holocausto, señalando que los judíos tienen hoy un estado y un ejército que los defienden.
El Gobierno israelí ha comparado las acciones de Hamás con grupos como el Estado Islámico y calificó las atrocidades cometidas por el grupo islamista como la peor masacre contra judíos desde el Holocausto. Estas declaraciones han desencadenado un fuerte debate internacional sobre la gravedad de los eventos en la región.
Según Dayan, después de las masacres perpetradas por milicianos de Hamás en Israel hace más de dos semanas, que resultaron en el ataque con más muertos en la historia del Estado judío, "se pone a prueba la sinceridad de los líderes mundiales, intelectuales y personas influyentes" a nivel internacional, como Guterres.
Por su parte, este miércoles António Guterres dijo sentirse "asombrado por las tergiversaciones de algunos" con respecto a las palabras que el martes usó para hablar del grupo islamista palestino Hamás, cuyas acciones volvió a condenar, aunque sin retractarse de sus palabras.
Sus declaraciones salen así al paso de las acerbas críticas recibidas principalmente desde Israel -donde el ministro de Exteriores ha llegado a pedir su dimisión- por una frase pronunciada ayer ante el Consejo de Seguridad en la que recordó que los ataques de Hamás del 7 de octubre "no surgen de la nada" sino de "56 años de asfixiante ocupación".
En una declaración sin preguntas a la entrada del Consejo de Seguridad este miércoles, Guterres recordó que en sus declaraciones había "condenado inequívocamente los actos de terror de Hamás en Israel, horribles y sin precedentes", y que "nada puede justificar el asesinato deliberado, el secuestro de civiles ni el lanzamiento de cohetes contra objetivos civiles".
Y aunque volvió a recordar "los agravios del pueblo palestino", inmediatamente añadió que "no pueden justificar los atroces ataques de Hamás".
Aunque no se desdijo en ningún momento de las palabras pronunciadas, sino que insistió en que se trataba de "dejar las cosas claras, por respeto a las víctimas y a sus familias", matizó.
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