La cúpula del Poder Judicial de Brasil declaró este jueves que las urnas electrónicas son "seguras, transparentes y confiables", frente a los nuevos ataques del presidente y candidato a la reelección, Jair Bolsonaro, en vísperas de los comicios.
El presidente del Tribunal Superior Electoral, el juez Alexandre de Moraes, insistió en que el sistema de votación es "auditable" y usa una "tecnología avanzada" que permite "el recuento y la divulgación de los resultados" el mismo día de las elecciones.
"Eso siempre fue y continuará siendo motivo de orgullo nacional", señaló De Moraes, en un acto con los observadores internacionales que seguirán la cita electoral del domingo, en la que los brasileños elegirán presidente, 27 gobernadores y renovarán las cámaras legislativas regionales y nacionales.
De Moraes reafirmó a su vez el papel de la Justicia Electoral —a la que Bolsonaro ha acusado de favorecer al exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, líder de todos los sondeos— como el "instrumento constitucional necesario para el ejercicio seguro y transparente del voto”.
"La Justicia Electoral garantizará que el ejercicio de la democracia sea realizado de manera segura, transparente y confiable", manifestó.
También participó en el evento la presidenta de la Corte Suprema, Rosa Weber, quien dijo que "en tiempos turbulentos" como los actuales hay que proclamar "más que nunca" la confianza en la Justicia Electoral, responsable de organizar los comicios en Brasil.
En este contexto, la magistrada espera que el domingo la votación ocurra de forma "segura" y "en paz", frente a las preocupaciones planteadas por la oposición al Gobierno de Bolsonaro sobre posibles altercados con el objetivo de desincentivar la participación.
En la misma línea, el presidente del Congreso, el senador Rodrigo Pacheco, afirmó que la urna electrónica es "simple, intuitiva, accesible a todos, rápida y eficaz".
"Un ejemplo para el mundo", sentenció.
Esta defensa redoblada sobre las urnas electrónicas, que Brasil usa desde 1996 sin ninguna denuncia de fraude desde entonces, se produce pocas horas después de que Bolsonaro, segundo en las encuestas, volviera a plantear dudas sobre su legitimidad.
A ello se suma un polémico informe del derechista Partido Liberal (PL), sigla con la que el jefe de Estado se presenta a la reelección, que cuestionó que "solo un grupo restringido de funcionarios y colaboradores controla" el sistema informático de las urnas, entre otras críticas.
Todos los sondeos dan como claro favorito para las presidenciales a Lula con algo más de un 45 % de las intenciones de voto, frente al alrededor del 30 % que obtendría Bolsonaro, líder de la extrema derecha brasileña.
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