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“¿Margaret Thatcher es tu ídola?”: Massa vapuleó a Milei en el último debate

El peronista calló y sometió al charlatán ultra; queda la duda si le ayudará en las elecciones del próximo domingo en Argentina

elecciones en argentina

Javier Milei y Sergio Massa durante el debate; sus rostros lo dicen todo (X)

Javier Milei y Sergio Massa durante el debate; sus rostros lo dicen todo (X)

NA

Una de las grandes anécdotas sobre la historia de los debates televisados cuenta que cuando los estadounidenses vieron sudar a una nervioso Richard Nixon frente a un desafiante y juvenil John Fitzgerald Kennedy, el demócrata se aseguró la victoria frente al republicano en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 1960. Pues bien, si se extrapolara el comportamiento del electorado estadounidense al argentino, tras presenciar la cara circunspecta de Javier Milei, incapaz de contraatacar a un desatado y descarado Sergio Massa durante el debate del pasado domingo, el candidato oficialista tendría la victoria en sus manos este próximo domingo.

A la espera de lo que diga el veredicto de las urnas, el candidato del oficialismo no sólo logró que su adversario no lo acribillara con datos sobre la inflación —185%, la tasa más alta registrada en Argentina desde la hiperinflación de 1989-1990—, o a su condición de secretario de Economía del gobierno kirchnerista al que muchos argentinos acusan de hundir la economía y llevar el nivel de pobreza al 40 por ciento, sino que consiguió que el candidato libertario, quien se considera a sí mismo un “león” que no habla, sino ruge a sus rivales, pareciera un gatito desconcertado.

Durante dos horas, Massa hostigó con preguntas inquisitorias a Milei, a quien exigió contestar “sí o no”, lo que forzó a Milei a ocupar la mayor parte de su tiempo en defenderse.

Pese a que Milei forjó su meteórico ascenso en numerosos debates televisados, en los que atrajo al gran publico con sus insultos a la “casta” política (ya sea peronista o antiperonista), fue en el debate más decisivo de su carrera política donde, paradójicamente, no estuvo a la altura de su personaje. Y, para su mala suerte, el poco carismático Massa estuvo particularmente incisivo con sus preguntas hirientes, como la que pasará a la historia nacional sobre los debates: “Tenés que decir claramente: ¿Margaret Thatcher es tu ídola?”, preguntó Massa a un titubeante Milei, refrescando así la memoria a los argentinos sobre aquella vez que el candidato ultra declaró que uno de sus personajes favoritos de la historia es la Dama de Hierro, la misma que ordenó el hundimiento del buque Belgrano durante la guerra de las Malvina, matando a más de 300 marines argentinos.

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Los candidatos no tenían permitido llevar apuntes (como está acostumbrado Milei) y podían interrumpirse. Massa lo usó a su favor en el bloque en el que tenía más oportunidades de perder: el de Economía. Tenían seis minutos cada uno, y Massa lo acorraló con preguntas sobre su programa electoral libertario, con puntos muy difíciles de defender en un país con tanta pobreza como la intención del gobierno de Milei de eliminar subsidios o privatizar los yacimientos de gas y petróleo del Estado, o privatizar ríos y mares.

Milei tildó a Massa de mentiroso y de ser parte de “la casta” que “ha empobrecido al país”, pero no supo rebatir los ataques de su rival y se limitó a agitar el fantasma de un posible fraude en las elecciones del domingo próximo, algo que, según las encuestas, los argentinos no creen que pueda ocurrir, por lo que su denuncia (en caso de que pierda el domingo y recurra a esta treta) está condenada al fracaso, como ocurrió cuando lo intentaron Donald Trump en EU y Jair Bolsonaro en Brasil.

La visita oportuna de Giuliani

Aunque, como recuerda El País, Massa representa hoy al peronismo izquierdista que gobernó 16 de los últimos 20 años de la mano del matrimonio Kirchner, su mayor éxito político lo tuvo por sus políticas de seguridad mpas propias de un mandatario derechista, cuando fue alcalde de Tigre, un pequeño municipio al norte de Buenos Aires.

En su contraataque, Milei puso de ejemplo a Rudolf Giuliani y su política de “tolerancia cero” con la delincuencia cuando fue alcalde de Nueva York, como como ejemplo de cómo enfrentar “el desastre” de la inseguridad en Argentina.

Era la última metedura de pata de Milei que necesitaba Massa para rematar su victoria en el debate: “Una enorme alegría, vamos a tener una coincidencia” le dijo el peronista al libertario. “El libro que cuenta lo que hice en Tigre (para eliminar la delincuencia) está prologado y fue presentado acá en Argentina por Rudolph Giuliani”.