La farmacéutica estadounidense Purdue Pharma, fabricante del analgésico altamente adictivo OxyContin, llegó a un nuevo acuerdo este jueves para pagar 6.000 millones de dólares a varios estados, más de lo previsto anteriormente, y disculparse por su responsabilidad en la crisis de los opioides.
Según un comunicado de la fiscalía de Connecticut, este acuerdo es el resultado de la apelación de casi una decena de estados a un pacto previo asociado a la bancarrota de la farmacéutica y supone un 40 % más de compensación para las comunidades afectadas por la crisis sanitaria que se ha cobrado miles de vidas en el país.
El tribunal de quiebras de White Plains (Nueva York, EE.UU.) en el que se dirime el plan de bancarrota tiene todavía que dar su aprobado al pacto, que las autoridades más críticas han considerado "importante" pero "insuficiente" al estar "limitado por las deficiencias" de la legislación de ese ámbito, dijo el fiscal William Tong en la nota.
No obstante, destaca que tras meses de mediación, la familia Sackler, propietaria de Purdue Pharma y que ha sido sinónimo de prestigio hasta su reciente caída en desgracia, deberá pedir disculpas "por el dolor que ha causado" y prestarse a que se retire su nombre de edificios y becas educativas en todo Estados Unidos.
El nuevo acuerdo, que esencialmente supone un mayor desembolso y una disculpa de los propietarios, estaría ahora respaldado por todos los fiscales estatales del país, incluidos los ocho críticos con el pacto anterior, entre los que se encuentran los de Connecticut, Rhode Island o Washington DC.
El acuerdo inicial para la bancarrota de la farmacéutica, que ha conllevado una batalla legal, imponía a los Sackler pagar unos 4.325 millones de dólares en nueve años con destino a víctimas o familiares de la crisis de los opioides, pero exime a la familia de futuras demandas civiles por su responsabilidad.
Una jueza para el Distrito Sur de Nueva York anuló en diciembre la versión previa del plan aprobado por el tribunal de quiebras al considerar que no tenía autoridad para eximir a la familia Sackler de sus responsabilidades, una decisión que fue apelada por Purdue y sigue en proceso.
También implicaba la disolución o venta de la empresa en 2024 y vetaba a los Sackler en el negocio de los opioides en todo el mundo, además de obligarles a divulgar al público unos 30 millones de documentos, a los que se podrían sumar otros hasta ahora protegidos.
El nuevo acuerdo conocido hoy supondría, por otra parte, que los 6.000 millones de dólares se paguen a lo largo de 18 años, el doble de plazo, y podría llevar a que el tribunal obligue a los Sackler a presentarse en una audiencia pública ante víctimas y familiares de los opioides para que se dirijan "directamente" a ellos.
En una declaración recogida por los medios, la familia Sackler mostró su satisfacción con los nuevos términos del acuerdo y la entrega de "recursos adicionales a las personas y comunidades que lo necesitan", pero inició su disculpa asegurando haber "actuado legalmente en todos los aspectos".
"Aunque las familias (Sackler) han actuado legalmente en todos los aspectos, sinceramente lamentan que OxyContin, una medicina con receta que sigue ayudando a la gente que padece dolor crónico, inesperadamente se convirtiera en parte de una crisis de opioides que ha traído dolor y pérdida a demasiadas familias y comunidades", indica su nota.
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