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"Panamá no será más un país de tránsito de ilegales": Mulino en su investidura

El nuevo mandatario pide ayuda a Estados Unidos para deportaciones masivas y cerrar el tapón de Darién

crisis migratoria

El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, junto a su esposa y Gustavo Petro,  presidente de Colombia, país fronterizo con el tapón de Darién

El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, junto a su esposa y Gustavo Petro, presidente de Colombia, país fronterizo con el tapón de Darién

EFE

El nuevo presidente de Panamá, José Raúl Mulino, afirmó este lunes tras asumir el cargo para el quinquenio 2024-2029 que este país "no será más de tránsito" de los migrantes irregulares que llegan por decenas de miles tras cruzar la selva del Darién, la frontera natural con Colombia, en su viaje hacia Estados Unidos.

Mulino, de 65 años, asumió este lunes la Presidencia de Panamá para el período 2024-2029 en un acto en la capital panameña ante jefes de Estado y de Gobierno, y tras ganar con más del 34 % de los votos las elecciones del pasado 5 de mayo.

A Mulino le fue impuesta la banda presidencial por la nueva presidenta de la Asamblea Nacional (AN), la diputada Dana Castañeda, su correligionaria en el nuevo partido Realzando Metas (RM), ante una audiencia que incluye el rey de España, Felipe VI, y los presidentes Gustavo Petro, de Colombia; Rodrigo Chaves, de Costa Rica; Xiomara Castro, de Honduras, y Luis Abinader, de República Dominicana, entre otros.

"Panamá no será más un país de tránsito para los ilegales. No permitiré complicidades locales. A nuestras fuerzas de seguridad les pido aplicar la ley como corresponde, con estricto respeto a los derechos humanos y apego a la defensa de los intereses de nuestra patria", afirmó Mulino.

Ayuda a EU para repatriar

Mulino ha planteado repatriar de manera masiva a los migrantes irregulares que atraviesan desde Colombia la selva, y ha pedido además a Estados Unidos un acuerdo de cooperación para que lo financie.

En lo que va de año más de 195,000 migrantes han atravesado la selva, en su mayoría venezolanos, mientras que en 2023 fueron más de 520,000, una cifra inédita, según datos oficiales. Y se teme que este año la cifra trepe hasta las 800,000 personas, como ha alertado Unicef.

Está previsto que este mismo lunes el gobierno de Mulino y el de Estados Unidos firmen un acuerdo sobre el flujo de migrantes irregulares, durante los actos de investidura, en los que Washington está representado por Alejandro Mayorkas, el secretario del Departamento de Seguridad Interna.

"No permitiré que Panamá sea un camino abierto a miles de personas que ingresan ilegalmente a nuestro país, aupados por toda una organización internacional relacionada con él narcotráfico y él tráfico de personas. Ese dinero, producto de lucrarse de la desdicha humana, es un dinero maldito", sostuvo Mulino.

Añadió que Panamá no puede "seguir financiando el costo económico y social que la inmigración ilegal masiva genera al país con la consiguiente vinculación de organizaciones criminales internacionales que generan inseguridad a nivel internacional" y obligan a los agentes de seguridad panameños "a descuidar nuestra seguridad territorial y marítima en otros puntos del país", apostilló el nuevo mandatario.