El momento no podría ser más oportuno. Dos días después de que Luiz Inácio Lula da Silva ganara las elecciones y completara la ola de transformación izquierdista que ha sacudido América Latina desde 2020, este martes el presidente Gustavo Petro de Colombia viajó a Caracas para reunirse con el dictador venezolano, Nicolás Maduro.
La llegada de Petro a la Casa de Nariño fue una señal clara de que, tras años de estancamiento, bloqueo y acusaciones mutuas, las relaciones entre Colombia y Venezuela iban a cambiar. Y, pronto, solo mes y medio después de llegar al poder, el líder izquierdista ordenó la reapertura de la frontera común, a finales de septiembre
Ahora, Petro viajó este martes a Caracas y visitó el Palacio de Miraflores en un claro espaldarazo a Maduro, que tras años de ostracismo y crisis galopante en todos los frentes, ve como los astros se alinean, con la llegada de líderes progresistas al poder en Latinoamérica y el cambio de rumbo del gobierno de EU, que ha abierto negociaciones con Caracas por el petróleo.
En lo específico, Petro y Maduro acordaron en la cumbre de este martes continuar trabajando conjuntamente en diversas áreas, como la economía, el comercio, la migración y la seguridad binacional, entre otras, para ir hacia la integración total.
Petro y Maduro se reunieron en privado durante más de dos horas en lo que supuso el primer encuentro entre ambos mandatarios, que restablecieron las relaciones diplomáticas en agosto. También fue la primera reunión de Maduro con un líder colombiano desde que se encontró con Juan Manuel Santos hace seis años.
Los mandatarios firmaron una declaración conjunta que, aunque no revelaron su contenido completo, recoge parte de lo conversado que, según Maduro, incluyó un amplio repaso sobre las relaciones comerciales y económicas, así como "los nuevos pasos hacia una apertura total y asegurada de las fronteras".
Asimismo, hablaron sobre un fortalecimiento de la cooperación entre la filial de Petróleos de Venezuela S.A. (Pdvsa) en Colombia, Monómeros, y la petroquímica venezolana Pequiven.
Entre tanto, el punto más relevante de la agenda en la cumbre entre Petro y Maduro fue, como se esperaba y se especulaba desde hacía días, el esperado regreso de Venezuela a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), algo que fue un compromiso que le pidió el colombiano al venezolano como condición para acudir a Caracas.
Así, Maduro aseguró brevemente que habrá una próxima “reconciliación” del régimen chavista con la CIDH, después de años de abandono debido a las acusaciones internacionales de que las fuerzas policiales del país han violado insistentemente los Derechos Humanos, incluido un contundente informe de la ONU.
El posible reingreso de Venezuela a la Comunidad Andina de Naciones (CAN) también fue abordado y mencionado por ambos presidentes, que, además, discutieron sobre varios “temas multilaterales”, sin explicar cuáles.
Respecto a la frontera entre ambos países, cerrada desde 2015 hasta este 26 de septiembre, los dos mandatarios coincidieron en la necesidad de recuperarla por completo, tras haber quedado en manos de las mafias durante años.
“La frontera quedó en manos de las mafias, De las organizaciones multicrimen. Vamos a reconstruir las relaciones que había, incluso, a nivel de inteligencia para poder golpear a los dueños del capital”, subrayó el mandatario colombiano.
Petro, quien aboga por resolver todos los problemas existentes de manera conjunta, recordó que "es antinatural" que dos países vecinos, como Colombia y Venezuela, hayan estado separados, algo que "no debe ocurrir".
Por otra parte, según explicaron los dos mandatarios al término de la reunión, abordaron asuntos medioambientales y plantearon la posibilidad de llevar una "política común" a la COP27, en defensa de la selva amazónica, que -consideran- "está en peligro", pese a ser "fundamental para el planeta".
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