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Rusia condena a 8 años de cárcel a la editora que mostró pancarta contra la guerra

Marina Ovsyannikova, en el exilio, llamó “asesino” a Putin y se preguntó “cuántos niños deben morir para que paren la agresión sus soldados fascistas”>

Protestas contra la guerra en Ucrania
Marina Ovsyannikova, detrás de la presentadora del noticiero con más audiencia de Rusia, posa con un cartel de condena a la guerra de Putin y a su propaganda Marina Ovsyannikova, detrás de la presentadora del noticiero con más audiencia de Rusia, posa con un cartel de condena a la guerra de Putin y a su propaganda (Telegram)

La periodista rusa Marina Ovsyannikova ha sido condenada este miércoles en ausencia por un tribunal de Moscú a ocho años y medio de cárcel por desacreditar al Ejército invasor ruso.

La exeditora del Canal 1 se hizo mundialmente conocida en marzo de 2022, durante el comienzo de la invasión rusa de Ucrania, cuando apareció en mitad de los informativos con más audiencia del país con un cartel que decía “No a la guerra. Detengan la guerra. No creas en la propaganda. Aquí te mienten. Rusos contra la guerra”.

A pesar de este desafío directo a la autoridad del presidente ruso Vladímir Putin —quien impuso con castigo de cárcel llamar guerra a su “operación especial” en Ucrania— no ha sido condenada por escribir en la misma pancarta tres veces la palabra guerra, sino por plantarse frente al Kremlin días después de interrumpir a la presentadora del noticiero y decir otro cartel con la frase “Putin es un asesino, sus soldados son fascistas. 352 niños han muerto. ¿Cuántos niños más deben morir para que paren?”.

El juez ruso condenó a la periodista a 8 años de cárcel por el ambiguo delito de “contribuir al crecimiento de la tensión social”.

Sin esperar al fallo condenatorio del juicio, que ya conocía de antemano debido a la sumisión del poder judicial ruso al Kremlin, Osyannikova escribió en sus redes desde su exilio en París: “Estimado juez, usted sabe muy bien que los cargos penales que me imputan son absurdos y tienen motivaciones políticas”.

La periodista continuó: “A veces me pregunto: ¿podría haberme quedado callada? No, no pude. Guardar silencio ante una agresión significa convertirse en cómplice del crimen. Sé lo que es la guerra. Cuando era niña, experimenté lo mismo que los ucranios están experimentando ahora. Mi casa fue arrasada durante la Primera Guerra de Chechenia”.

Ovsyannikova subrayó en su mensaje que las cifras sobre niños muertos en la guerra de Ucrania las divulga la ONU, de la que forma parte Rusia. Al respecto, los últimos datos hablan de medio millar de niños muertos por la agresión rusa, sin contar los miles que fueron arrebatados de sus familias y deportados forzosamente a Rusia, delito por el que hay una orden de arresto de la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de guerra.

“Tomé una decisión moral muy difícil, pero la única correcta en mi vida y he pagado un precio muy alto por ello”, lamentaba la periodista.

“Mi castigo ha sido el exilio: la vida en un país extranjero, sin familia, sin amigos, sin casa, sin trabajo y, lo más importante, sin la oportunidad de regresar a mi tierra natal y abrazar a mis seres queridos”, agregaba la editora, que justificó su huida con que mantendrá su lucha fuera. “Solo hay una vida y es una estupidez sacrificarla en beneficio de los criminales de guerra. ¡Al permanecer libre, podré aportar mucho más tanto a Ucrania como a la hermosa Rusia del futuro!”, culminaba la exeditora que renunció a hacerle propaganda al Kremlin.

La periodista ―a quien algunas voces críticas en Europa la llegaron a acusar de ser en realidad una agente rusa con el argumento de que no ha sido condenada hasta ahora, a diferencia de otros disidentes― vive en la actualidad en Francia, gracias a la protección consular que le ofreció el presidente Emmanuel Macron.

Ovsyannikova permanecía bajo arresto domiciliario cuando huyó de Rusia junto a su hija, de entonces 11 años, en octubre de 2022. Su hijo, sin embargo, decidió quedarse en Moscú con su padre, quien demandó a la madre para obtener la custodia de los menores.

La periodista vivió en un primer momento en Alemania. Allí fue contratada por el diario Die Welt, lo que suscitó críticas y un intenso debate sobre la oportunidad ofrecida a una trabajadora de la maquinaria de la propaganda rusa durante años.

Por su parte, el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, aplaudió el gesto de Ovsyannikova, aunque los periodistas del país invadido por Rusia criticaron su pasado y fue boicoteada una rueda de prensa suya en Kiev.

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