Alemania se plantea recuperar el proyecto de transportar gas desde Portugal y España, a través de Francia, hacia el resto de Europa, tras años de apostar por una energía barata rusa y escarmentada ahora por su dependencia energética de Moscú.
Un gasoducto desde la península ibérica "hubiera contribuido masivamente a relajar la situación actual", reflexionó este jueves el canciller Olaf Scholz, en una conferencia de prensa tras el receso estival y abierta a todo tipo de cuestiones, nacionales o internacionales, aunque centrada en la guerra de Ucrania.
Tal conducto "hubiera podido construirse" y "ahora se le echa de menos", añadió Scholz, quien dijo haber abordado la posibilidad de recuperar el proyecto con sus colegas de Portugal y de España, y también de Francia y con la presidencia de la Comisión Europea.
Scholz se refirió así, aunque sin citarlo, al proyectado MidCat, que se detuvo hace años por considerarse económicamente más ventajoso importar el gas natural ruso. Quedaron por construir unos 220 kilómetros entre Hostalric (Cataluña) y el sur de Francia.
La existencia de conexiones con el norte de África ayudaría a "diversificar el suministro", argumentó, para calificar a continuación de "error" el haberse abonado al gas ruso que recibe Alemania, a través del Báltico, a través de Nord-Stream.
El tripartito de Scholz entre socialdemócratas, verdes y liberales, en el poder desde diciembre del año pasado, ha quedado obligado a reducir a toda prisa una dependencia energética heredada de sus antecesores -tanto el socialdemócrata Gerhard Schröder como la conservadora Angela Merkel-.
"Todo gobierno, toda empresa, debe tener en cuenta que las situaciones pueden cambiar y prepararse para si ello ocurre", afirmó, al explicar que su coalición se vio "sorprendida" por la falta de alternativas a una reducción de los suministros rusos. Este reconocimiento tenía algo de "mea culpa", ya que fue vicecanciller y titular de Finanzas en el último gobierno de Merkel.
Entre tanto, el gobierno español retomó la idea con entusiasmo, y la secretaria de Transición Energética española, Teresa Ribera, aseguró este viernes que el gasoducto podría estar completa en la parte ibérica “en ocho o nueve meses”, pero advirtió de que también se requiere una implicación "muy importante" del gobierno francés para completar el gasoducto.
Ribera agregó que el mensaje de Scholz es clave "para generar esa convicción política del interés europeo que tiene un proyecto de estas características".
Aunque no ha hablado personalmente con Scholz, la ministra sí que ha traslado a su Ejecutivo la voluntad de "contribuir a la emergencia energética que vive el centro y el norte de Europa, utilizando la capacidad de la que dispone España".
Entre tanto, el gobierno alemán sigue debatiéndose sobre si debe seguir adelante con el cierre de las últimas tres centrales nucleares del país o es mejor dar marcha atrás, ante la creciente presión para que no desdeñe la energía atómica para aplacar la crisis energética.
Entre el tripartito de Scholz hay disenso respecto a la posibilidad de aplazar la desconexión. Los verdes, el partido del ministro de Economía y Protección del Clima, el vicecanciller Robert Habeck, rechazan esa posibilidad, aunque no la descartan completamente.
Los liberales proponen un aplazamiento de la desconexión hasta 2024 y la reactivación, de ser preciso, de al menos otra planta que quedó fuera de servicio el año pasado.
Scholz ha dejado la decisión pendiente de un examen de la situación, que debe llevarse a cabo en las próximas semanas. Las tres plantas nucleares en funcionamiento proporcionan el 6 por ciento del suministro eléctrico del país.
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