Keir Starmer es el líder laborista que desde este viernes es nuevo primer ministro de Reino Unido, tras la victoria arrolladora de los laboristas. Prometió que su Gobierno traerá “cambio” y que “reconstruirá” el país.
Su victoria en las elecciones generales de este jueves fue contundente, con el Partido Laborista obteniendo 412 escaños de un total de 650, frente a los 121 de los conservadores. El resultado marca el fin de una era de 14 años de gobiernos conservadores.
No hubo sorpresas en las urnas. Como estaba previsto, los laboristas hundieron a la formación conservadora de Rishi Sunak en los comicios adelantados celebrados este jueves. La mayoría rotunda obtenida por los laboristas pone de manifiesto el deseo de cambio por parte de la ciudadanía británica.
Starmer acudió al palacio de Buckingham para una audiencia con el rey Carlos III, donde se le encomendó formar el nuevo Gobierno, cumpliendo con el trámite constitucional tras unas elecciones generales. Posteriormente, se dirigió a Downing Street, su nueva residencia oficial, donde fue recibido con entusiasmo por simpatizantes que portaban banderas.
En su primer discurso como primer ministro, Starmer enfatizó el mandato claro que le dieron los ciudadanos para proporcionar cambio y restaurar la confianza en la política.
En su primer discurso a la nación, Starmer destacó la importancia de un gobierno sin doctrinas y comprometido únicamente con servir los intereses del público.
Prometió tratar a todos los ciudadanos con respeto y trabajar para restaurar la confianza en los políticos mediante acciones concretas. “El trabajo del cambio comienza de inmediato”, afirmó, subrayando su intención de generar riqueza en todas las comunidades del Reino Unido.
Starmer también agradeció a su predecesor, Rishi Sunak, por su dedicación y trabajo duro, aunque recalcó que los ciudadanos votaron decisivamente por un cambio.
La comparecencia de Starmer contrastó con la declaración solemne de Sunak, quien pidió disculpas por la derrota de su partido y anunció su dimisión como líder conservador. Sunak también elogió a Starmer, describiéndolo como un hombre decente y solidario.
En un emotivo mensaje, Starmer recordó que la política puede ser una fuerza para el bien y subrayó su compromiso con la renovación nacional y el regreso de la política al servicio público. “La falta de confianza actual en los políticos puede sanarse con acciones, y no palabras”, aseguró.
Además, prometió que su gobierno estará guiado por la determinación de servir los intereses del pueblo y desafiar a aquellos que han descartado al país.
Keir Starmer ha nombrado a los principales miembros de su equipo de oposición como ministros del nuevo Gobierno laborista.
Angela Rayner será su “número dos” y Rachel Reeves ocupará la cartera de Economía. David Lammy será el responsable de Exteriores, John Healey encabezará Defensa, Yvette Cooper asumirá Interior, y Pat McFadden dirigirá el Ministerio del Gabinete como canciller del Ducado de Lancaster.
La rápida formación del gabinete refleja la determinación de Starmer de comenzar a trabajar de inmediato, tal como prometió durante la campaña electoral. Rayner, del ala izquierda del laborismo, y Reeves, una economista ortodoxa, ya eran figuras influyentes en la oposición.
Lammy enfrentará desafíos en política exterior, incluyendo la guerra de Ucrania y el conflicto en Oriente Medio, así como asuntos pendientes del Brexit.
Otros pesos pesados del nuevo Gobierno, como Cooper y Healey, llegan a sus respectivos ministerios con asuntos delicados. Cooper se encargará de implementar nuevas medidas para atajar la inmigración ilegal, mientras que Healey manejará la relación del Reino Unido con la OTAN.
McFadden, como coordinador del gabinete, tendrá un papel clave en la implementación de las políticas del nuevo Gobierno, asegurando que la maquinaria gubernamental funcione eficientemente desde el primer día.
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