Suecia y Finlandia presentarán mañana en Bruselas su solicitud de ingreso en la OTAN, después de que el Parlamento finlandés aprobara este martes adherirse a la Alianza y de que el gobierno sueco comunicase este lunes su decisión de pedir la entrada en la organización.
El anuncio se produjo en una rueda de prensa conjunta en Estocolmo de la primera ministra sueca, Magdalena Andersson, y el presidente finlandés, Sauli Niinistö, de visita oficial en el país vecino.
"A lo largo del día de mañana (miércoles) entregaremos la solicitud a la OTAN. Es un mensaje fuerte y una señal clara de que estamos juntos ante el futuro", afirmó Andersson.
Ambos coincidieron en explicar el giro en sus posiciones históricas, a favor de la no alineación, a través del cambio en la seguridad provocado por la intervención militar rusa en Ucrania, que creen una amenaza, y recordaron los lazos que unen a ambos países.
"Ingresar en la OTAN refuerza la seguridad de Suecia pero también la del Báltico, y hacerlo a la vez que Finlandia significa que contribuiremos a la seguridad del norte de Europa", dijo Andersson.
Niinistö, por su parte, habló de "paso histórico" y apuntó también como hecho decisivo las advertencias hechas en noviembre por el presidente ruso, Vladimir Putin, contra una posible ampliación de la OTAN.
Andersson y Niinistö viajarán el jueves a Washington para reunirse con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, con quien abordarán su candidatura a la Alianza.
De los dos países nórdicos, Finlandia fue el que tomó la iniciativa en el proceso de adhesión y el que ha avanzado con más determinación, lo que ha sido crucial para que Suecia, donde la oposición inicial era mayor, finalmente se inclinara por unirse también a la OTAN.
Sin embargo, en Finlandia el proceso ha requerido una tramitación más compleja, ya que debía ser aprobado por el presidente, el gobierno y el Eduskunta (Parlamento), mientras que en Suecia lo decide el Ejecutivo.
Y el Eduskunta ratificó este martes por abrumadora mayoría la solicitud de ingreso en la OTAN aprobada formalmente el domingo por Niinistö y el gobierno de coalición que lidera la primera ministra, la socialdemócrata Sanna Marin.
Con esta decisión histórica, respaldada por 188 votos a favor y 8 en contra, Finlandia pone fin a casi ocho décadas de no alineamiento, iniciadas tras las dos guerras consecutivas que libró contra la Unión Soviética entre 1939 y 1944.
FIN A DOS SIGLOS DE NO ALINEACIÓN SUECA
El giro en Suecia fue más acusado, ya que a principios de marzo, dos semanas después del inicio de la intervención militar rusa, Andersson aún descartaba el ingreso por considerar que no mejoraría la seguridad y los opositores a la Alianza eran mayoría en el Riksdag (Parlamento).
Andersson se abrió sin embargo a una adhesión semanas después, al mismo tiempo que su partido, que en noviembre había rechazado el ingreso en la OTAN en su congreso, inició una discusión interna y el ultraderechista Demócratas de Suecia, tercera fuerza parlamentaria, pasó también a apoyar la entrada si así lo hacía Finlandia.
El Partido Socialdemócrata decidió el domingo en una reunión extraordinaria de su cúpula apoyar la adhesión, lo que se transformó al día siguiente en una decisión de Gobierno después de un debate en el que recibió el respaldo de las principales fuerzas parlamentarias y clausuró dos siglos de no alineación sueca.
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