Estados Unidos retrocede mientras el resto de América avanza. La Corte Suprema del país, el tribunal de más alto rango, confirmó este viernes todos los temores y falló para derogar la protección federal al derecho al aborto en el país, en lo que es la confirmación del avance de una agenda ultraconservadora fundamentada en el extremismo religioso.
La decisión era un secreto a voces después de la filtración en mayo de un borrador de la corte que precisamente anunciaba la decisión en el sentido que se ha dado a conocer este viernes. La filtración a los medios fue histórica y desató una tormenta tanto mediática como en el sino de la Corte, acostumbrada al secretismo y a la prudencia.
Finalmente, el borrador se ha confirmado como real pese a los avisos que en su momento salieron de la Corte asegurando que un borrador no podía tomarse en cuenta como nada más que eso. Ahora, 36 millones de mujeres en edad reproductiva en Estados Unidos pierden un derecho que habían adquirido hace 49 años, a raíz del precedente legal sentado por el caso Roe contra Wade de 1973.
Además, en su fallo de este viernes la Suprema Corte también anula el fallo "Planned Parenthood contra Casey", que había servido para revalidar la constitucionalidad de “Roe” en una segunda batlala legal en 1992.
En la redacción de la sentencia, firmada por el juez conservador Samuel Alito, se dice que la Constitución de EU no protege el derecho al aborto y, por tanto, el derecho no puede tener carácter federal si no hay una ley a tal fin. Así, el alto tribunal deja en manos de cada uno de los 50 Estados del país el redactar sus propias leyes sobre la materia.
El panorama no es optimista para los derechos reproductivos de las mujeres, pues esta sentencia de la Corte Suprema es el final de un largo camino abierto en 2018 y 2019 por varios estados sureños gobernados por republicanos, que aprobaron leyes muy restrictivas con la finalidad de que las apelaciones presentadas por grupos activistas y agencias de salud terminaran en el máximo tribunal. Y que este, entonces, decidiera lo que finalmente ha decidido.
Concretamente, el caso que llegó hasta el tribunal y que se dirimió en la resolución publicada este viernes es el de Dobbs contra Jackson Women’s Health Organization. Se trata de una clínica de salud reprodutiva que apeló contra una ley aprobada por Misisipi en 2018.
“LA BATALLA NO HA TERMINADO”
Las reacciones no se hicieron esperar, e inmediatamente después de conocerse el fallo, grupos de mujeres se concentraron frente a la sede de la Corte Suprema en Washington D.C. para protestar contra la decisión, aunque también algunos grupos más pequeños hicieron lo mismo pero para festejar
El liderazgo republicano en el Congreso celebró la medida, mientras el liderazgo demócrata, incluyendo a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, la criticaron. También la vicepresidenta, Kamala Harris, advirtió que la derogación causará una “crisis sanitaria” en el país.
Por su parte, el presidente estadounidense, Joe Biden, advirtió a los republicanos que “la batalla no ha terminado”, y llamó a las y los estadounidense a acudir a las urnas en noviembre para ayudar a los demócratas a rentener las dos cámaras y así poder impulsar una ley federal de protección del derecho al aborto.
"Déjenme que sea muy claro: La única manera en que podemos asegurar el derecho de una mujer a elegir es que el Congreso restaure las protecciones de 'Roe contra Wade’ como una ley federal”, aseguró Biden en un discurso desde la Casa Blanca.
E insistió: "En otoño Roe está en la boleta, las libertades personales están en las boletas, el derecho a la privacidad, la libertad, la igualdad, están todo en la papeleta”.
OLEADA RESTRICTIVA
La ley de Misisipi que detonó la batalla legal que ha concluido con el fallo del Supremo prohibía el aborto tras 15 semanas de embarazo, un límite legal similar al de países como México o España y que existe también en Florida y Arizona.
Además, esta ley palidece al lado de otras como la de Texas, aprobada a finales de 2021, que veta la interrupción del embarazo a partir de la detección de los primeros impulsos eléctricos en el corazón del feto, en la semana seis. Un límite que deja a las mujeres una ventana de apenas dos semanas para abortar tras enterarse de su embarazo, y esto en el mejor de los casos.
Pero tanto Texas como Misisispi o Tennessee ya han dejado claro que no se conforman con sus leyes vigentes. Tras el veto de la Suprema Corte a la protección federal, se espera que hasta 26 estados prohíban de forma total o casi total el aborto.
Ya hay 16 estados que habían redactado leyes que ilegalizan el aborto, a la espera de una oportunidad para aprobarlas. Una oportunidad que acaba de presentarse. En algunos casos, estas leyes ya han entrado en vigor, y en otros, lo harán en los próximos días o semanas.
ILEGAL YA EN SIETE ESTADOS
En estos ocho estados el aborto ya es ilegal a todos los efectos: Alabama, Arkansas, Dakota del Sur, Kentucky, Luisiana, Misuri y Oklahoma. El legislativo de Wisconsin también ha aprobado una ley antiaborto que ya está en vigor, pero el gobernador y el fiscal general, demócratas, han asegurado que no la aplicarán mientras gobiernen.
Además, en seis de estos siete estados la ley no contempla ningún tipo de excepción: No se podrá abortar tampoco en casos de violación, de inesto, malformaciones del feto o riesgo para la vida de la madre. Solo Oklahoma contempla al menos excepciones por violación o incesto.
Otros ocho estados han aprobado esas llamadas “leyes gatillo”, que entrarán en vigor en las próximas semanas para ilegalizar el aborto. Se trata de Dakota del Norte, Idaho, Misisipi, Tennessee, Texas, Utah, Virginia Occidental y Wyoming.
En el caso de Texas, la ley, que no contempla excepciones por violación o incesto, entrará en vigor 30 días después del fallo de la Corte. Sin embargo, este mismo viernes las clínicas Whole Women’s Health anunciaron la suspensión de actividades ante la oleada de presiones del gobierno local. Incluso cancelaron citas ya programadas para las pacientes, según informa el diario Dallas Morning News.
INCERTIDUMBRE EN OTROS 14 ESTADOS
Otros cinco estados no han aprobado leyes gatillo que ilegalicen el aborto, pero sí tienen leyes que ponen límites al derecho y cuentan con gobernadores republicanos y cámaras controladas por el mismo partido, por lo que su futuro genera dudas.
Entre estos hay casos muy restrictivos, como Carolina del Sur, Georgia y Ohio, que prohíben el aborto después de la sexta semana y otros más permisivos, como Florida y Arizona, que permiten la interrupción del embarazo hasta la semana 15; de nuevo, un límite similar al de la mayoría de países europeos.
En los otros nueve casos, se trata de estados que tienen en vigor leyes permisivas con el aborto pero que enfrentan iniciativas legales avanzadas para cambiar la ley, que han visto ya intentos anteriores de aprobar leyes gatillo o que cuentan con elecciones cercanas que podrían cambiar el panorama a corto o medio plazo. Se trata de Carolina del Norte, Indiana, Iowa, Kansas, Michigan, Montana, Nebraska, Pensilvania y Virginia.
El caso de Kansas es especialmente relevante, puesto que si el estado logra mantener la actual protección al derecho al aborto en su Constitución estatal podría convertirse en un oasis de legalidad en medio de una prohibición extendida por casi todo el centro y medio oeste del país. Esto podría ayudar a muchas mujeres a abortar cruzando fronteras estatales por carretera.
TEMOR A RESTRICCIONES DE VIAJES
Precisamente, a este respecto, Julie Rikelman, abogada que ha liderado la fallida defensa de los derechos reproductivos de las mujeres ante la Corte Suprema, alertó este viernes que "es crítico que la gente entienda que un número de funcionarios estatales y órganos legislativos ya están discutiendo leyes que prevendrían viajar" para acceder a un aborto.
No está claro qué procedimientos legales ampararían estos intentos, pero parece claro que algunos estados intentarán estudiar cómo poner en práctica un veto.
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