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Teherán confirma que el presidente de Irán murió al estrellarse su helicóptero

Los rescatistas hallan la aeronave con sus ocupantes muertos; el régimen no aclara la causa, aunque la hipótesis más proble es la del mal tiempo

tragedia

El presidente de Irán, Ebrahim Raisí, junto al presidente de Azerbaiyán en la inauguración este domingo de un embalse binacional, de donde tomó el helicóptero siniestrado

El presidente de Irán, Ebrahim Raisí, junto al presidente de Azerbaiyán en la inauguración este domingo de un embalse binacional, de donde tomó el helicóptero siniestrado

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El presidente de Irán, Ebrahim Raisí, y su ministro de Exteriores, Hossein Amir Abdollahian, así como otras nueve personas de su séquito, murieron el domingo tras estrellarse el helicóptero en el que viajaban en una región montañosa y bajo una densa niebla.

La noticia del fallecimiento del mandatario ultraconservador se conoció este lunes a las 7.30 de la mañana, hora local, luego de que la televisión estatal confirmara que no había “signos de vida” en los restos de la aeronave siniestrada en la que también viajaban otros destacados dirigentes de la República Islámica.

El helicóptero, “completamente calcinado”

Más tarde, un miembro del Gobierno iraní que habló en condición de anonimato declaró que el helicóptero estaba “completamente calcinado”. “Desgraciadamente, se teme que todos los pasajeros estén muertos”, añadió.

El helicóptero en el que viajaba Raisí regresaba de la provincia de Azerbaiyán Oriental, en el noroeste de Irán, donde había participado el domingo por la mañana en la inauguración de dos presas junto con su homólogo azerbaiyano, Ilham Alíyev. En el momento del siniestro, la aeronave se dirigía hacia la ciudad de Tabriz, a unos 70 kilómetros de donde desapareció. Allí, Raisí tenía previsto visitar las obras de mejora de una refinería.

La aeronave siniestrada era una de las tres que formaban una comitiva presidencial. En las otras dos viajaban los ministros de Energía, Ali Akbar Mehrabian, y de Vivienda y Transporte, Mehrdad Bazrpash, que llegaron sanos y salvos a su destino.

Sin una versión oficial de lo sucedido

Aunque se baraja el mal tiempo y la mala visibilidad por la lluvia y la niebla como la causa más probable de la tragedia, de momento las autoridades no han confirmado ni desmentido ninguna hipótesis, como un posible atentado.

Conforme pasaban las horas sin noticias del presidente, el líder supremo, Ali Jameneí, hizo un llamado a la calma y aseguró que no habría interrupciones en las funciones del país.

“Esperamos que Dios Todopoderoso devuelva al respetado y estimado presidente y su séquito a los brazos de la nación”, escribió en su cuenta de X. Durante toda la tarde y noche del domingo, miles de personas salieron a las calles de Irán para rezar por el presidente. La televisión estatal emitió imágenes de fieles orando en Mashad, la ciudad natal de Raisí.

Boicoteado por más de la mitad de los electores

El clérigo ultraconservador Raisí, de 63 años, fue elegido en junio de 2021 con el 62% de los sufragios, pero con una participación inferior al 50% del censo y un 14% de votos nulos, en un mensaje de desobediencia civil enviado por la disidencia al régimen teocrático.

La agencia de noticias semioficial iraní Fars ha pedido a los iraníes que recen por el presidente, y la televisión estatal ha emitido imágenes de fieles orando por Raisí en la ciudad de Mashhad. Pero ni mucho menos todos los iraníes llorarán la muerte del considerado brazo ejecutor del régimen terrorista teocrático que lidera el ayatolá Jameneí.

De “juez de la horca” a presidente represor

El desprecio y rencor de una mayoría de iraníes al presidente ultraconservador tiene su origen en 1988, cuando formó parte del sangriento cuarteto de cuatro jueces que ordenaron la ejecución de cinco mil presos políticos, entre ellos muchas mujeres y adolescentes, y luego enterrados en fosas comunes, como denunció en su día Amnistía Internacional.

En 2017 se presentó a las elecciones, pero fue derrotado por el moderado Hasán Rohaní, algo que disgustó al líder supremo, el ayatolá Alí Jameneí, quien maniobró para que el todopoderoso Consejo de Guardianes vetará hasta 600 precandidatos presidenciales, todos moderados excepto uno, para que sólo compitieran en las elecciones de 2021 Raisí y otros tres candidatos menores.