El primer debate entre el presidente Joe Biden y el expresidente Donald Trump debería hacer sonar todas las alarmas en el bando demócrata y hunde la esperanza de los que confiaban en que el presidente de Estados Unidos podría remontar en las encuestas tras el primer debate contra el expresidente Donald Trump.
El republicano se hizo una vez más con el discurso al lograr repetir una docena de veces el bulo de que el demócrata es el peor presidente de la historia de EU, sin que el mandatario octogenario, con la mirada perdida, le recriminase que las encuestas y los historiadores dicen lo contrario, que el peor presidente y el más divisivo ha sido Trump, o que si no le daba vergüenza que el republicano se presente al cargo más importante del país, habiendo sido declarado delincuente convicto.
Trump ha dominado el duelo en el que, a cada acusación en su contra, la esquivaba recurriendo a su enemigo favorito, los inmigrantes, a los que una vez más llamó “delincuentes” y “violadores”, que entraron en EU gracias a la “frontera abierta” de Biden, por la que se colaron, dijo, “18 millones de inmigrantes por la frontera abierta” (otra mentira que no rebatió el presidente).
Trump, muy cómodo en el debate (a diferencia del de hace cuatro años, cuando perdió los nervios con sus insultos, sin proponer nada), acusó a Biden de desviar dinero para la guerra de Ucrania, en vez de invertirlo en Estados Unidos “hundido en la decadencia por culpas de los inmigrantes”. En la réplica, un confundido Biden no replicó con datos como que Estados Unidos es un país de inmigrantes, que por ellos se convirtió en la primera potencia, que los inmigrantes siguen siendo vitales para la economía nacional (en las empresas o pagando impuestos) o al menos rebatiendo el dato, señalando que la inmensa mayoría de los crímenes son cometidos por ciudadanos estadounidenses.
La primera parte del debate fue particularmente desastrosa para Biden, quien se le vio titubeante, cometiendo lapsus y a veces con la mirada perdida.
Ni siquiera el contraataque de Biden en la segunda parte pareció ayudarle, cuando llamó “bobo” y “perdedor” a Trump por no haber manejado la pandemia de Covid, un tema que ya no es preocupación para los estadounidenses.
En un plató de la CNN en Atlanta, sin público, sin el apoyo de notas previas y de los asesores y sin posibilidad de réplica en caso de no tener asignado el turno de palabra, este encuentro expuso las fortalezas y debilidades de ambos candidatos en un debate sin interrupciones. Y lo que se vio es a Biden senil y a Trump, confiado, tras quedar claro que el presidente no supo cómo rebatir sus mentiras ni fue capaz de ganarse el voto latino.
Es difícil de explicar por qué los asesores del presidente no lo presionaron para que defendiera a los cientos de miles de hispanos que serán legalizados por estar casados con ciudadanos estadounidenses, como aprobó recientemente Biden. Tampoco habló de la crueldad de Trump por negarse a que los “soñadores” sean reconocidos como ciudadanos de EU.
Los titubeos en el caso de Biden, que llegó con gripe, y las expresiones de burla por parte de Trump cuando su rival dejó en más de una ocasión frases sin acabar, marcaron el debate.
Trump dijo que no pasaría una prueba sobre sus aptitudes físicas y cognitivas; lo llamó “palestino”, entendido el gentilicio como un insulto, lo calificó como “el hombre más mentiroso de la historia”, y le lanzó dardos a través sobre su hijo, Hunter Biden.
A ambos los llamó “criminales”, pese a que él mismo acaba de ser condenado por 34 delitos graves en un caso relacionado con el pago en negro a la actriz porno Stormy Daniels para comprar su silencio sobre una relación entre ambos que él niega.
Trump llama ratas a los inmigrantes
La inmigración ofreció el escenario más fructífero para los reproches mutuos. Trump acusó a Biden de haber convertido el país en un "nido de ratas" al no poner freno a la entrada de "criminales" y provocar que los inmigrantes estén matando a los estadounidenses, mientras que el presidente tachó de "ridícula" esa afirmación, que no se sustenta con cifras.
Para Biden, votar por Trump es votar contra la democracia. Para el republicano, en cambio, que Biden siga en el poder acabaría con Estados Unidos: "Si gana, nuestro país no tiene ninguna posibilidad. Probablemente no nos quede ningún país. Así de malo es. Es el peor de la historia. Si me dan otros cuatro años, yo seré el mejor".
Tienes la moral de un gato callejero: Biden a Trump
No fue un intercambio que sirvió para la exposición de nuevas propuestas, sino un ring con ataques constantes. "Creo que ni él mismo sabe lo que acaba de decir", dijo del presidente el candidato republicano.
“Ni él sabe lo que dice”: Trump de Biden
Pero lo peor fue cuando los periodistas de CNN tuvieron que preguntar a Trump hasta tres veces si iba reconocer la victoria de Biden, en caso de una nueva derrota, sin que su rival aprovechara para preguntárselo él mismo.
“Absolutamente, si las elecciones son justas”, dijo al final. Y una y otra vez se saltó el diseño temático del debate para regresar a los temas que más le convenían, y a lanzar sus mensajes de siempre, que en la noche del jueves pudieron resumirse en una frase que repitió sin cesar: “Biden está destruyendo Estados Unidos”. Aunque tal vez su golpe más dañino llegó cuando el presidente se hizo un lío durante una respuesta sobre inmigración, y su rival dijo: “Realmente no sé lo que dijo al final de esa frase. Creo que ni él sabe lo que dice”.
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