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Venezuela celebrará elecciones el 28 de julio, día del nacimiento de Chávez

Lo anuncia el día de la muerte del líder revolucionario y un día después de cerrar la televisora Deutsche Welle, por un documental sobre la represión

elecciones en venezuela

Venezolanon rinden homenaje este martes ante la tumba de Hugo Chávez, en el Cuartel de la Montaña en Caracas, en el once aniversario de su muerte

Venezolanon rinden homenaje este martes ante la tumba de Hugo Chávez, en el Cuartel de la Montaña en Caracas, en el once aniversario de su muerte

EFE

El Centro Nacional Electoral de Venezuela (organismo controlado por la dictadura chavista) anunció este martes que las elecciones presidenciales se celebrarán el 28 de julio, haciéndolas coincidir con el día del nacimiento de Hugo Chávez.

Para que no quepa duda de la intencionalidad del régimen para convertir las elecciones en un nuevo triunfo del chavismo, la autoridad electoral lo ha hecho público precisamente este martes, fecha en la que hace once años murió el líder revolucionario y el movimiento político que gobierna el país desde hace más de dos décadas, causante del mayor éxodo de la historia de la era moderna en América Latina, por la grave crisis económica y la represión.

La favorita, inhabilitada

La fecha exacta en el calendario, que toda la comunidad internacional aguardaba, pone en marcha un proceso electoral muy cuestionado, del que ha sido vetada la líder opositora y favorita en las encuestas, María Corina Machado, para despejar el camino de un tercer mandato consecutivo del presidente Maduro.

El calendario recoge también que se realizará un período especial para el registro de votantes, tanto nacional como internacional, que abarcará desde el 18 de marzo hasta el 16 de abril. Los candidatos podrán inscribirse entre el 21 y el 25 de marzo y la campaña durará 21 días, del 4 al 25 de julio.

El Gobierno y la oposición, que llevan años sentados en unas mesas de diálogos que se reactivan cada cierto tiempo para encontrar una salida política a la larguísima crisis institucional en la que está inmersa Venezuela, firmaron en octubre del año pasado un acuerdo en Barbados en el que se comprometían a respetar el calendario electoral recogido en la Constitución, que marca que se deben celebrar en el segundo semestre de este año, y facilitar la inscripción de los candidatos opositores.

No son pocos los que están inhabilitados. Además de Machado, esa prohibición pesa también sobre Henrique Capriles, que en su día le compitió a Chávez las elecciones y a punto estuvo de derrotarlo.

Washington pensó, con estos acuerdos de Barbados, que era el momento de mostrar voluntad política y en octubre de 2023 levantó las sanciones al gas, al petróleo y al oro. Venezuela podía volver de forma oficial a los mercados internacionales y mejorar su economía.

A cambio, Maduro tenía que empezar la apertura democrática. Eso nunca llegó a ocurrir. El presidente y su círculo de confianza se mostraron inflexibles frente a la inhabilitación de Machado. El chavismo ha demostrado claramente que no quiere enfrentarse a ella bajo ninguna circunstancia. La cerrazón del Gobierno decepcionó a la Casa Blanca, que anunció a finales de enero el regreso de las sanciones.

La posibilidad de un proceso electoral mínimamente competitivo se esfumó de repente, como habían vaticinado los que desconfían por completo de las intenciones conciliadoras de Maduro. Desde ese momento el chavismo ha radicalizado su política. Como también hizo Chávez en su día, Maduro asegura que hay plan para asesinarlo y dar un golpe de Estado en el país. La fiscalía ha detenido bajo esa acusación a opositores, activistas y miembros de las organizaciones de derechos humanos. Incluso a ciudadanos normales y corrientes que han criticado al chavismo en redes sociales.

Censura a los medios críticos

El Gobierno cortó el lunes la emisión en cable de la Deutsche Welle, un medio público alemán, por un video para redes sociales sobre la corrupción en Venezuela.

Se sabe que ha vetado para la cobertura de las elecciones a los corresponsales de El País y The New York Times. Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea de Venezuela y hombre fuerte de Maduro, criticó hace poco a esos dos periódicos en público y añadió en esas descalificaciones a AP, la agencia de noticias estadounidense. Rodríguez acusa a los tres de distorsionar la realidad política del país.

Los dirigentes chavistas, a través de sus redes sociales y programas de televisión, propagan la existencia de un complot internacional para desacreditar el buen nombre de Venezuela. El fiscal, Tarek William Saab, se ha quejado de la cobertura de la detención de Rocío San Miguel, una reputada experta en asuntos militares detenida y encarcelada bajo la acusación de planear el magnicidio de Maduro. La fiscalía ha presentado como pruebas el audio de un militar de muy mala calidad y unos planos que supuestamente demuestran la conspiración.

Nada nuevo bajo el sol en Venezuela.