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Antes de pensar en un aborto se deben analizar los apoyos a mujeres embarazadas, la discriminación laboral, además la pobreza en la mujer niega acceso integral a la salud

La Iglesia Católica rechaza legalización del aborto y defiende el derecho a la vida

Protesta por el derecho al aborto en Argentina
Iglesia Católica rechaza la despenalización del aborto La Iglesia Católica rechaza la despenalización del aborto en cualquier etapa de la gestación

La jerarquía católica del país, insistió en su postura de rechazo a la iniciativa de despenalización total del aborto en la Ciudad de México, misma que se encuentra en el congreso local de la ciudad capital para su próxima discusión y eventual aprobación.

En este contexto de rechazo al aborto en el estricto sentido de proteger y garantizar el derecho a la vida, la Iglesia Católica, enfatizó que una mujer embarazada con alguna vulnerabilidad no requiere de un aborto para resolver su condición, sino de atención integral y un apoyo que actualmente no tiene, o deja mucho que desear.

En la editorial “La ideología no atiende las necesidades de la mujer”, publicado en el semanario Desde la Fe, se destacó que se ha documentado que la mujer embarazada se encuentra a la cabeza de la discriminación laboral.

Se estableció además, que muchas veces se justifica el aborto bajo la premisa de que debe ser una decisión de la mujer, pero ¿cuál es la base de la decisión que está tomando esa mujer?, si desde las propias leyes prácticamente se le quiere orillar a que su decisión debe ser realizarse un aborto, con la legalización del mismo.

Asimismo, se resaltó que el Coneval tiene diversos estudios que demuestran que la mujer y más aquella en situación de pobreza o vulnerable tiene menos posibilidades de tener un acceso integral a la salud.

En cuanto a las mujeres en situación de embarazo, y quienes enfrentan discriminación laboral, la Iglesia Católica cuestionó ¿qué tipo de sociedad somos cuando se decide quitar el trabajo a una mujer embarazada? ¿La orillamos a que se deshaga de su hijo y enseguida le llenamos la mente con mensajes de que se ha liberado? ¿Eso es liberarse?, y se planteó, si una mujer en su condición de vulnerabilidad realmente está en condición de poder decidir.

Respecto al motivo de la decisión que lleva a una mujer optar por la interrupción del embarazo, se citó información de un estudio del Diario de Psicólogos y Cirujanos Americanos de los Estados Unidos, el en cual se encontró que hasta un 58% de las mujeres que abortaron lo hicieron “para hacer feliz a alguien más; mientras que el 28% lo hicieron para no perder a su pareja”.

Aborto, una nueva forma de sometimiento

Ante tales resultados, la Iglesia Católica, enfatizó que los abortos en los Estados Unidos se realizan no por libertad de la mujer; todo lo contrario, se hacen como una nueva forma de sometimiento, a través del cual, la mujer debe sacrificar la vida de su hijo para que alguien más sea feliz, dejándole a ella las secuelas físicas y psicológicas de haber dado muerte a su propio hijo.

Según datos del CDC y el Lozier Institute, el riesgo de mortalidad materna al hacerse un aborto aumenta en 38% cada semana adicional después de la semana 8 de embarazo.

Este dato desmiente la afirmación de que la despenalización del aborto es para evitar muertes maternas, cuando el resultado es todo lo contrario.

También se citaron datos del análisis estadísticos STAKES, de Finlandia, en el cual se documentó que una mujer que aborta voluntariamente tiene cuatro veces más posibilidades de morir en el transcurso de un año después al suceso que una mujer que llega al parto.

En México se usan estadísticas falsas

En México, no contamos con este tipo de estudios. Las legislaciones en materia de aborto se han realizado usando estadísticas falsas, sofismas y posiciones ideológicas que se niegan a dialogar con la ciencia.

Con la propuesta que se quiere analizar en el Congreso de la Ciudad de México, en lugar de resolver las necesidades reales de atención en materia de salud, se generará un mercado de abortos, el cual, como ya vimos, es un mercado forzado por las circunstancias sociales de la maternidad, por la discriminación asociada, disfrazada de falsos derechos y logros de la mujer.

Seguimos encomendando a todas las mujeres de este país, especialmente a aquellas que se encuentran embarazadas, para que la bendición de la vida que portan en su vientre pueda ser acogida familiar y socialmente, conforme toda mujer merece y necesita.