En un evento encabezado por el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, se celebró la ampliación y modernización de la planta de tratamiento de aguas residuales El Ahogado. Este proyecto, que representa una inversión de 6,700 millones de pesos, es parte de un esfuerzo para enfrentar el reto de saneamiento en el río Santiago, considerado el más contaminado de México. La ampliación de El Ahogado busca elevar el tratamiento de aguas residuales al 75% en el río, con miras a mejorar la calidad del agua en toda la cuenca.
La planta El Ahogado es ahora el corazón de la estrategia estatal para sanear el río Santiago, y su desarrollo no ha pasado por diversas dificultades. Desde su inauguración en 2012, la planta tenía capacidad para procesar 2,500 litros por segundo, cantidad insuficiente frente al crecimiento de la zona metropolitana de Guadalajara. Con la expansión de la planta, se estima que esta capacidad aumentará a 3,250 litros por segundo, permitiendo un mayor alcance en la limpieza de las aguas que fluyen hacia el río Santiago.
Un compromiso de largo plazo con el medio ambiente
Alfaro subrayó que esta obra es más que una infraestructura; es un compromiso que responde a una crisis hídrica y ambiental de alcance nacional. “Este tipo de proyectos no se logran de la noche a la mañana”, declaró el gobernador, comparando el proceso de recuperación del río Santiago con casos emblemáticos, como el rescate del río Támesis en el Reino Unido, el cual requirió décadas de trabajo. Con esta visión, el proyecto en Jalisco ha sido considerado como un primer paso hacia una recuperación integral del ecosistema en la región, para lo cual el gobierno local ha implementado colectores que canalizan aguas negras y redes de saneamiento en distintas áreas urbanas.
El sistema de la planta incluye tecnología de vanguardia, como procesos de ozonificación y filtración terciaria, que garantizan la eliminación de bacterias y virus sin generar subproductos tóxicos. Gracias a este proceso, el agua tratada cumple con la normativa NOM-001, que exige altos estándares en la calidad del agua en México, y se proyecta que al menos 2.6 metros cúbicos por segundo de agua tratada sean redirigidos a la industria mediante la línea morada, lo que representa el sistema de reúso de agua más grande del país.
Una planta autosuficiente y sostenible
La infraestructura cuenta con un sistema de digestión anaeróbica de lodos, que permite el tratamiento de estos residuos generando biogás. Este proceso no solo reduce la huella de carbono de la planta, sino que también produce hasta 1,140 kilowatts de electricidad, suficiente para cubrir aproximadamente la mitad del consumo energético de la planta. Esta autosuficiencia energética convierte a Jalisco en pionero en infraestructura verde y saneamiento sustentable.
Con estos proyectos Jalisco se convierte en el primer estado del país en cumplir con los estándares de tratamiento y reúso de agua tanto para fines industriales como para el uso urbano. Alfaro también anunció que esta obra sienta las bases para futuras expansiones, como el tratamiento de las cuencas San Onofre y San Gaspar, que serán incluidas en la siguiente etapa del proyecto.
Impacto en la calidad de vida y sostenibilidad urbana
El saneamiento del río Santiago y el reúso de agua tratada para la industria representan avances significativos para la zona metropolitana de Guadalajara y el estado en general. Los habitantes podrán disfrutar de una mayor disponibilidad de agua limpia, lo que mitiga el estrés hídrico de la región y aporta a la seguridad hídrica a largo plazo.
Al finalizar su discurso, Alfaro agradeció la colaboración de municipios metropolitanos como Guadalajara, Tlaquepaque y Tlajomulco, además del apoyo de organismos internacionales y tecnológicos, subrayando la importancia de trabajar con una visión metropolitana para proyectos de esta magnitud. “Jalisco está comprometido en transformar un problema de décadas en una oportunidad para todos”, concluyó el gobernador.