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Más historias se entretejen en un ámbito olvidado: un esposo desaparecido, un hijo fallecido y un padre con quemaduras severas en maquiladora de Tijuana. Según la STPS, cada elemento realiza una inspección cada 3.7 días

Falla plan de 4T sobre vigilancia laboral: prometen 2 mil 200 inspectores, pero sólo operan 498

Eduardo Ortiz Franco murió el pasado 21 de octubre apladstado por una máquina en la maquiladora Prime Wheel, en Tijuana (Especial)

El reporte forense indica como causa de muerte “traumatismo craneoencefálico”, pero la Fiscalía de Baja California abrió una carpeta de investigación por “homicidio”, la cual está en curso.

Eduardo Ortiz Franco, de 31 años, murió el pasado 21 de octubre aplastado por una máquina usada para nivelar rines. Fue al interior de la maquiladora de rines de origen chino Prime Wheel, en Tijuana, la misma donde 59 días antes -23 de agosto- desapareció otro trabajador: Servando Salazar Cano.

El año pasado un supervisor de la compañía, de nombre Isaac, cayó en una tina de agua caliente y resultó con quemaduras en ambas piernas; estuvo hospitalizado casi dos meses y su rehabilitación duró más de medio año.

Pese a las desdichas personales y familiares, y el cúmulo de anomalías, la empresa continúa en operación, sin la intervención hasta ahora de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, responsable por ley de realizar inspecciones en materia de seguridad, higiene, capacitación y condiciones generales de trabajo.

“Yo dependía económicamente de Eduardo. Tengo un puestecito de pollo y las ventas han estado bajas, él me echaba la mano. Y lo principal: era mi sostén emocional. Todos los días me hablaba. ´No se caiga, mamita´, me decía cuando recaía de mi enfermedad respiratoria. Sin él, ya no vale la pena seguir”, contó a Crónica doña Teresa Franco, su madre.

Una de las banderas de campaña del ex presidente Andrés Manuel López Obrador, replicada al arranque de su administración, fue mejorar la inspección laboral en nuestro país. Sin embargo, fue otra promesa al aire, frustrada…

En sus documentos iniciales de gobierno, como Proyecto 18, partió de la existencia de mil inspectores federales en la STPS. Propuso contratar 500 más, para alcanzar mil 500 y se comprometió a llegar a 2 mil 200 al terminar su sexenio, además de mejorar su salario y prestaciones, dotarlos de equipo nuevo e incorporarlos a un programa de capacitación y uso de nuevas tecnologías. Presumió una inversión exclusiva para ese rubro de más de 206 millones de pesos. Simple palabrería.

Conforme a datos oficiales de la plataforma Nómina Transparente del gobierno federal, actualizados al 31 de octubre de 2024, hoy la dependencia sólo cuenta con 498 inspectores, quienes reciben un salario neto de 11 mil 678 pesos mensuales; los de mayor rango, registrados como “inspectores calificados”, ganan 16 mil 892 pesos netos.

Si tomáramos como válida la cifra enarbolada por la Secretaría en su Programa de Inspección 2024, de 48 mil “acciones de inspección” realizadas en 2023, a cada inspector le correspondieron en promedio 97 inspecciones durante el año, una cada 3.7 días.

“Hay una estadística de la Organización Internacional del Trabajo sobre el número mínimo de inspectores que necesitamos como país, al menos deberíamos contar con mil 500 o 2 mil”, refirió el abogado laboral y académico de la UNAM Germán Reyes Gaitán.

"A mi hijo ya no lo revivo, pero es justo un castigo. ¿Por qué sigue operando una emprersa china que no tiene seguridad?, acusa la madre de Eduardo (Especial)

“Cada año se emite un plan secretarial en el cual se proyecta el número de inspecciones a realizar, pero están muy limitadas por falta de personal, y el alto costo de hacer una inspección seria. Las de seguridad e higiene, bien hechas, deberían durar varios días, con la participación de dos o tres inspectores, porque son complejas. ¿Una inspección cada tres días?, ¿de qué hablamos? Quizás, de una simple recolecta de datos”.

-¿Inspecciones superficiales?

-Tiene que ver con la capacitación de inspectores, ¿qué tan especializados están en los tipos de industria o en los procesos productivos? Si no conocen el tipo de maquinaria ni los protocolos ni las preguntas específicas a trabajadores, no sirven. Es tema prioritario, porque en el papel hay un compromiso de México en el Tratado de Libre Comercio de fortalecer la inspección laboral y no se está cumpliendo”.

Alex Covarrubias Valdenebro, doctor en relaciones industriales y laborales, e investigador del Colegio de Sonora, expresó:

“La inspección laboral en nuestro país mantiene grandes rezagos. Llegó un nuevo gobierno, con una nueva Ley del Trabajo y se dieron algunos pasos, pero han sido insuficientes. El gran problema sigue siendo la falta de recursos. Por la dimensión industrial, debiéramos tener al menos cinco veces más los recursos humanos con los que contamos hoy”.

“Se ha diseñado un sistema de autodeclaración, en el que las empresas se evalúan a sí mismas (Programa de Verificación Laboral Voluntaria), pero dado el déficit de seguimiento a las inspecciones y, sobre todo, el déficit de cumplimiento y aplicación de la ley, el sistema ha quedado cortísimo”.

RESTOS.

Eduardo dejó su natal Epazoyucan, en Hidalgo, donde ayudaba a su madre en la venta de pollo, para buscar un trabajo fijo y un mejor porvenir. Llegó a Tijuana hace seis años y de inmediato comenzó a laborar en Prime Wheel, donde ganaba 3 mil 500 pesos a la semana como técnico de producción.

“Algunos compañeros dijeron que mi hijo pedía auxilio y que no hubo protocolos para salvarlo. ¿Qué hacía metido en una máquina que no le correspondía arreglar? Me había contado que las máquinas se trababan y no había personal especializado, lo obligaban a meterles mano porque él sabía un poco”, narró doña Teresa.

Ella debió trasladarse de Hidalgo a Tijuana para reclamar los restos de Eduardo y exigir una respuesta de la empresa.

Otra víctimas de negligencia (Especial)

“Me trataron muy mal, como si fuera a pedir limosna. El jefe de recursos humanos me dijo: ´Ahorita no podemos atenderla´. Me mandaron con un tal licenciado Palma, representante legal, pero no supo darme razón de lo que había pasado”.

-¿Tiene la certeza de cómo y por qué murió su hijo?

-No, la carpeta dice homicidio. Pregunté a la fiscal y puras vueltas. ´Así lo calificamos´, decía. ¿Por qué desapareció su teléfono? Jamás lo encontraron.

“Le vamos a dar 70 mil pesos”, le dijeron en Prime.

“Según eran para el traslado del cuerpo a Hidalgo, el sepelio y la compra de tierra en el panteón. Pude leer algunas cosas, pero como no llevaba mis lentes, no alcancé a ver las letras pequeñas”, explicó la madre.

-¿Y hubo indemnización?

-Que eso lo tenía que arreglar con el Seguro. Quiero ir en diciembre a investigar, pero necesito pedir un préstamo para el pasaje.

-¿Qué le pediría a las autoridades?

-A mi hijo ya no lo revivo, pero es justo un castigo. ¿Por qué sigue operando una empresa china que no tiene seguridad y donde tratan a los trabajadores como esclavos? Algunos amigos de Eduardo se han enfermado, dicen que los hornos despiden radiación. ¿Todo se puede tapar en este país con dinero? La presidenta Sheinbaum habla de legalidad, pero no la vemos. ¿Dónde está el cambio?

EL MAR

Tampoco se sabe nada de la desaparición de Servando.

Su esposa Wendy Bravo le dedica todos los días un mensaje, un poema. “Mi chinos”, le decía de cariño. No sabe qué va a pasar con sus dos pequeñas hijas y el bebé en camino.

“Ya no nos dan esperanza de que Servando esté con vida. Las investigaciones marcan que lo desaparecieron en un horno, no hay cámaras que registren sus movimientos. Al principio, las autoridades pusieron atención al caso, pero al paso de los días se han olvidado. Hemos tenido que hacer plantones. ¿Qué diablos está pasando ahí adentro, en una empresa donde desaparecen o mueren trabajadores?”, cuestionó entre sollozos.

“No hemos escuchado que alcen la voz los industriales de la maquila. Ni el consulado chino. Ante la complacencia de autoridades del trabajo, los involucrados suavizan las cosas. No son accidentes laborales, son crímenes industriales”, señaló Jaime Cota, dirigente de la Casa Obrera de Baja California.

¿Cuándo regresará papá?, ¿a dónde fue?, ¿por qué se tarda tanto?, ¿nos llevará pronto al mar?”, han preguntado las niñas, hijas de Servando.

“Me está doliendo el alma. Ya no sé qué decirles a tus princesas, tienen la ilusión de que volverás”, fue el último mensaje de Wendy para su esposo.

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