En el último trimestre del año, octubre, noviembre y diciembre, más pacientes abordan en consultas psicológicas temas de tristeza o duelo, ya que el estado psíquico y emocional de las personas con pérdida de un ser querido cercano se agudiza ante la cercanía de las fechas conmemorativas del Día de Muertos, la Navidad y el Fin de Año, al recordar que su familiar finado ya no está conviviendo con ellos.
De acuerdo con la psicóloga clínica Anayelli Fuerte Piñón, adscrita al Hospital General de Zona (HGZ) No. 76, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Estado de México Oriente, indicó que la Institución ofrece apoyo tanatológico a los pacientes para que logren solventar su pérdida.
La psicóloga añadió que un duelo de forma sana se resuelve entre uno y dos años, “pero eso no quiere decir que la persona ya no va a estar triste, pero sí retoman su vida de forma sana, de forma natural. Un paciente que no ha resuelto en ese tiempo, sigue con cierto estado anímico, sigue llorando, sigue recayendo en estas fechas en forma aguda, cuando en realidad debería retomar su vida. Para ello, la ayuda profesional le permitirá salir de su depresión y tristeza”.
Sin embargo hay fechas significativas como los aniversarios, cumpleaños y festividades luctuosas, cuando se aproximan, en algunos pacientes dan el bajón emocional, el duelo les sigue pegando, sobre todo en estos meses se agudiza la situación por pérdida, y aquellas personas con ansiedad y depresión que venían evolucionando pueden ir para atrás.
La especialista comentó que la única forma de enfrentar el duelo por la pérdida de un ser querido es vivirlo; “nadie está preparado, queremos ver mejor a la muerte como una amiga, como ese rostro que le ponemos en estas fiestas, como la catrina amiga, que podemos reír y que la vemos como algo amable, porque cuando nos enfrentamos a ella, evidentemente nos genera miedo a lo desconocido".
La especialista mencionó que el dolor ante la ausencia es inevitable, “no podemos brincarnos esa etapa y le queremos dar la vuelta. Los seres humanos no nos gusta sentir, y cuando nos enfrentamos a emociones no gratas, lo primero que queremos hacer es salir, y es algo que definitivamente no lo podemos hacer”.
Fuerte Piñón invitó a la derechohabientes a buscar ayuda psicológica profesional del IMSS para tratar este tema, “ya que el proceso de duelo es muy complicado, es un asunto de adaptación a una circunstancia nueva de vida, a la ausencia, y generalmente el proceso más complejo va de tres a seis meses y un proceso de resolución de duelo normal puede durar hasta un año, en el que aprendemos a vivir con esa ausencia”.